miércoles, 11 de febrero de 2015

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas que aún quedan en la ciudad muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque la fiebre horizontal de los '60 trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Lo cierto es que, para quienes disfrutamos de ellas, independientemente de su estado, vale la pena recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…


MACROCENTRO:
CUANDO LAS REFORMAS SON FORZADAS


Esta bella casona, que encontramos en calle Viamonte 374, diríamos que sufrió una modernización forzada. Es que hubo una época en que, las viviendas, pasaron de exhibir ventanales altos y angostos, a largos y de poca altura. ¿La razón? Adecuarse a la visión de sus moradores y a ciertos conceptos del "modernismo".
Así, y en el afán de actualizar a ésta, se le terminó “amputando” la altura una de sus ventanas y anulando otra.
Y lo único que parece haberse salvado de la reforma fue la "piecita de arriba". El año de construcción lo inscribimos en la década que va de 1910 a 1920.

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