TITANES EN EL RING: CRISTINA vs. SANDRA
Las dos son mujeres. Las dos son abogadas. Las dos perdieron a sus hombres. Pero no son iguales. Una defiende el proyecto "nacional, progresista, popular y hotelero". La otra, simplemente, busca que se haga justicia.
Definitivamente Cristina Kirchner y la jueza federal Sandra Arroyo Salgado transitan por veredas opuestas y antagónicas.
Es que Sandra no piensa en el fallecido fiscal Alberto Nisman como un tema político, si no como en una persona.
Cristina en cadena nacional |
¿Qué mayor objetividad que la de una ex pareja que dejó atrás tanto el amor como el desamor?
Y Sandra arremete, además, con la potencia de una madre. Por sus hijas es que busca justicia. Quiere que ellas sepan qué pasó y quiere que la sociedad también lo sepa.
Le bastaron a la jueza unos minutos de televisión para dar un giro al caso y convencer, a mucha más gente de la que ya estaba convencida, que su ex esposo fue asesinado.
Sandra Arroyo Salgado |
Las pruebas que presentó, es cierto, no son definitivas y deben ser confrontadas. Pero la convicción y la seriedad con la que habló transmitieron una certeza que, el Gobierno, nunca consiguió.
Es imposible ignorar el contraste entre, esa exposición de la jueza, con las palabras que al respecto emitió la Presidenta.
Sandra ofrece pruebas. Cristina sólo ofrece tramas de un relato policial.
Es extraño: las dos estaban alejadas del fiscal. Cristina por la furia que le provocó la denuncia en su contra. Sandra, por la vida.
¿Otra grieta en la sociedad? |
Y hoy, la jueza, encabeza una lucha por la verdad que ya es de muchos. Como también Nisman es un muerto de muchos.
Cristina intenta asesinar la memoria del fiscal Nisman. Sandra, preservarla.
Sandra aparece casi sin maquillaje. Cristina exhibe el maquillaje antes que la piel. Como si se enmascarara.
Pero hay otra diferencia: Cristina no tiene o no sabe qué decir. Sandra, en cambio, parece guardar un montón de evidencias.
La Presidenta actúa como si se tratara de un caso cerrado. La jueza como si nada fuera como dicen que fue.
Y, entre ambas, nada menos que la causa más conmocionante de nuestro país en décadas.
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