miércoles, 22 de abril de 2015

EDITORIAL

MARADONA: DE HÉROE A PATÉTICO

¿Partido por la Paz?
El pasado 10 de este mes tuvo lugar, en Colombia, el denominado “Partido por la paz” que congregó a figuras del fútbol mundial. 
Uno de los invitados a participar del evento fue Diego Armando “Pelusa” Maradona que --una vez más-- no pudo con su genio.
Es que finalizado el partido, y cuando se retiraba de la cancha, agredió a un periodista y pateó a un chico. Las imágenes fueron publicadas por el diario colombiano "El Tiempo" y causaron no sólo estupor si no escándalo.

La mano de Dios
Sin embargo aún hay periodistas (deportivos, claro) que siguen hablando de sus cualidades futboleras que lo instalaron, definitivamente y para siempre, en el “Olimpo de los dioses”.
Las frases, temerarias, admiten una sola interpretación: “el Diego” representaría la figura del héroe que encarna la esencia de su cultura de origen. 
Su cultura de origen es la nuestra… la argentina.  
Y, sin ánimo de polemizar, creo que estamos “al horno” si seguimos considerando --hoy-- a Maradona como un paradigma de la mitología criolla. Como un personaje que tiene mucho más que ver con lo divino que con lo humano.

Verónica Ojeda
Sin duda los argentinos tenemos una necesidad de inventar héroes. Y todos los pueblos lo hacen. 
Pero la exaltación y el amor desmedido por alguien que no deja de transitar por escándalos nos lleva, indefectiblemente, a una pasión mentirosa.
Maradona fue, acaso, el mejor jugador de fútbol del siglo XX. Alguien que saltó de la miseria de Villa Fiorito a la gloria con sus genialidades en la cancha.
Y en la cancha, sabemos, las cosas se dirimen a las patadas. Y hasta con las manos como el famoso gol a los ingleses que, la prensa maradoniana, definió como “La mano de Dios”.

Rocío Oliva
Pero aquella idolatría que despertó en esos tiempos hace rato que comenzó a resquebrajarse. 
Porque, en la actualidad, es un jubilado soberbio que no se ha privado de ningún exceso.
Y los que sigue proclamándolo héroe deberían saber que --también los héroes-- son imperfectos y que hasta pueden autodestruirse.
Y es lo que puede ocurrir si se le sigue perdonando todo. Porque ya no juega más al fútbol. Ahora juega en la vida. Y, en esta última cancha, lo único que hace son papelones.

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