miércoles, 23 de julio de 2014

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas que aún quedan en la ciudad muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque la fiebre horizontal de los '60 trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Lo cierto es que, para quienes disfrutamos de ellas, independientemente de su estado, vale la pena recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…


MICROCENTRO:
DE JOYA ESPLENDOROSA A LA RUINA TOTAL


Sin ninguna duda el edificio que se levanta en la céntrica esquina de la avenida Colón y Vicente López es una más de las notables construcciones que engalanan la denominada "manzana fundacional". Una maravilla de la arquitectura bancaria del siglo XIX y que prestigia el paisaje urbano de nuestra ciudad.
El Banco Hipotecario Nacional fue creado en 1886 y nueve años más tarde, en 1895, fue el propio presidente de la institución quien firmó el decreto creando una filial para Bahía Blanca. Filial que, provisoriamente y allá por 1910, abrió sus puertas en un local alquilado de la calle Rondeau 65. Años más tarde, en 1919, tuvo lugar la ceremonia en la que se colocó la piedra fundamental para levantar el  edificio propio.
Lo cierto es que, en la puja entre el "quiero... y el puedo", la obra recién fue comenzada en el mes de enero de 1923. La dirección de la misma estuvo a cargo del ingeniero Carlos Ortúzar --que realizó todo el frente del edificio-- y que luego fuera reemplazado por el arquitecto Juan Ochoa. Su característica arquitectónica hay que inscribirla en el más puro estilo del historicismo y, la empresa constructora, fue la de Santiago Teddi.
El edificio tiene su mayor frente sobre la Avenida Colón y se arma en torno a la ochava destacándola y jerarquizándola. Precisamente el acceso se encuentra en la ochava y, sobre ésta, aparece un frontis truncado con el escudo nacional.
Por encima del conjunto aparece un sistema similar --pero de mayor tamaño-- con dos pares de columnas y un frontis que alberga la figura de un cóndor. Por último, un reloj corona el edificio.

Primeras décadas
La fachada, en su conjunto, se muestra con la clásica división tripartita de basamento, desarrollo y coronamiento.
El primero de ellos abarca la totalidad de la planta baja y el tratamiento de sus muros y zócalos le dan un carácter sólido.
Los pisos, por encima de la planta baja, son los que presentan el mayor interés arquitectónico por la organización de los aventanamientos encerrados en un orden gigante de columnas con estrías.
Un entablamento une horizontalmente la fachada y da apoyo al parapeto del coronamiento que culmina con la esquina. En el interior tiene lugar un gran espacio central --iluminado cenitalmente-- y las áreas de servicio y oficinas privadas se ubican sobre ambas medianeras. Es importante mencionar que presenta desajustes constructivos internos y externos producto de intervenciones desacertadas.
En 2003, el edificio fue sometido a trabajos de mantenimiento y reparación y --teniendo en cuenta el valor histórico-patrimonial-- se salvaguardó el aspecto arquitectónico original en cuanto a estilos, colores y ornamentos.
En noviembre de 2012, desde la comuna, deslizaron la posibilidad de incorporarlo a las propiedades de la ciudad para reubicar allí oficinas públicas. No obstante la iniciativa no prosperó.
Actualmente desocupado el edificio del ex Banco Hipotecario Nacional, de alto valor arquitectónico patrimonial (local y provincial), descansa expectante a la espera de un mejor destino.
El banco fue inaugurado el 15 de noviembre de 1923 (*). Desocupado en 1990, la AFIP-DGI trasladó sus dependencias por un tiempo. Actualmente, y sin mantenimiento, sirve de nido para ratas y palomas.
(*) Hay historiadores que dan, como fecha de inauguración, el año 1926.

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