miércoles, 15 de octubre de 2014

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas que aún quedan en la ciudad muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque la fiebre horizontal de los '60 trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Lo cierto es que, para quienes disfrutamos de ellas, independientemente de su estado, vale la pena recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…


MACROCENTRO:
CON AIRES A “CUMBRES BORRASCOSAS”


Esta casona, que se levanta en la calle Gorriti 418, es de esas que llaman la atención y, ni ahí, pasan inadvertidas.
Y si la miramos con ojo crítico concluiremos que, el arco del garaje, es el que marca verdaderamente el carácter de esta vivienda que responde al más puro estilo tudor.
Aunque la serie de arcos de medio punto en la parte superior y sus pilastras atectónicas --que parecen flotar en el aire-- nos dejan algunas dudas en cuanto a sus raíces arquitectónicas.
Lo que sí llama la atención es que, medio frente de la fachada, se encuentre revestido en ladrillo visto mientras que, la otra, se muestra en el denominado “símil piedra”.
Pero dejando de lado estas consideraciones lo que sí se puede afirmar --rotundamente-- es su clásico carácter mezcla de ingles y georgiano.
El período de construcción de la vivienda podemos ubicarlo en la década que va de 1925 a 1935 y, los amantes del cine, seguramente emparentarán esa ventana del piso superior --en bow window-- con la que lucía la protagonista de la película “Cumbres borrascosas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario