miércoles, 19 de noviembre de 2014

EDITORIAL

LAS ELECCIONES DEL 2015 VIENEN “DE NALGAS”…

Antes de las elecciones legislativas del 2013 un dato pasó inadvertido. Al punto que, ni el Servicio de Inteligencia (SI), pudo registrarlo. Pero ocurrió, sorprendió a todos y generó la indignación de CFK.
Es que nadie la alertó que --el por entonces intendente de Tigre, Sergio Massa-- no sólo abandonaría las filas kirchneristas si no que generaría un espacio político que arrasó en aquellos comicios: el Frente Renovador.
Tras ese episodio Cristina abominó del organismo encargado del espionaje interno y puso su mirada en el general César Milani a quien entronizó al frente del Ejército. 

General César Milani
El hombre, desde sus primeros grados como oficial, es un experto en el arte de “husmear”.
Y precisamente Milani será la pieza que moverá la presidenta en el ajedrez político que implican las elecciones presidenciales del próximo año. 
Por esta razón no pocos comienzan a temer que, la campaña electoral, pueda tener sorpresas, alteraciones y un cierto barniz de “juego sucio”.
Repasemos los síntomas. El “GPS” del massismo está en alerta luego de algunas declaraciones del gobierno. Axel Kicillof ya advirtió que podría haber disturbios para diciembre. 

Diputado Eduardo Costa
Gabriel Mariotto (el más que descolorido vice del territorio bonaerense) adelantó que Massa lanzaría una campaña sucia contra Daniel Scioli. 
El diputado santacruceño, Eduardo Costa, acusó a Máximo Kirchner de haberle incendiado uno de sus hipermercados en la provincia patagónica. 
Pero hay más: el senador jujeño Gerardo Morales no se cansa de afirmar que sufre persecuciones hasta en su provincia de origen.
Y otro diputado radical, el riojano Julio Martínez, aseveró que Milani no sólo espía a los opositores si no también a los peronistas “para saber quién es el que puede traicionar a Cristina”.  

Alejandra Gils Carbó
Sería una de las lecciones que habría dejado aquella ruptura de Massa. Sin duda se dirán muchas cosas más durante los 12 meses que nos separan de las elecciones de octubre del próximo año. 
Habrá fuego cruzado, descalificaciones, rumores, globos de ensayo y todo aquello a lo que se pueda echar mano con tal de ganar.
Pero además, y en las profundidades del poder, se elucubrará la estrategia no sólo de cuidarle las espaldas a la presidenta --para cuando deje la Casa Rosada-- si no de armar la retirada “sin bajas” de la tropa K al despedirse del gobierno “nacional, progresista y popular”.

A pujar... que viene...
Apuntarán, sin duda, a bloquear las denuncias y las investigaciones sobre la corrupción. En esa dirección la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, jugará un rol preponderante. 
No extrañará, entonces, que discipline a la mayoría de los fiscales que le responden porque temen “un carpetazo”.
Y los K “trabajarán”, claro, sobre la situación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que --a partir del próximo mes de enero-- quedará conformada por sólo cuatro miembros tras la renuncia de Raúl Zaffaroni.
Por eso será cuestión de prepararse. Porque, el parto de las elecciones, no viene para nada fácil y habrá que “pujar” como madre primeriza.

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