En su momento causaron conmoción. Alegres algunos. Patéticos otros. Pero todos con una carga emotiva que nos sensibilizaron. Este que podés escuchar desde el reproductor sucedió el 4 de febrero de 1958 y pasó a la historia como...
EL DÍA QUE FRONDIZI INCREMENTÓ LA SUPREMA CORTE
Arturo Frondizi |
En las democracias --a las que miramos con candorosa envidia-- la Suprema Corte es garantía de la continuidad de los poderes públicos.
Porque cambiará el Parlamento, cambiará el Ejecutivo, pero la Corte se mantiene con sus jueces vitalicios.
De allí que, en algunos países, el nuevo presidente jura ante el titular de la Corte.
De allí que, en algunos países, el nuevo presidente jura ante el titular de la Corte.
Pero no es así en nuestro país donde, desde hace más de medio siglo, los gobiernos, civiles o militares, electos o de facto, han descubierto las ventajas de tener una Corte Suprema "a la medida" de sus antojos.
Es cierto que la continuidad jurídica no tuvo demasiadas oportunidades de sobrevivencia. Las dictaduras militares necesitaron siempre de una Justicia y de una Corte afines para refrendar, en muchos casos, hasta actos de barbarie.
De modo que la recuperada democracia necesitaba reemplazar a las cortes dictatoriales con nuevos jueces que, luego, eran reemplazados tras cada golpe militar. Esa es la rueda que ha girado en la Argentina.
En 1958, Arturo Frondizi encontró una Corte alineada con los postulados de la Libertadora. Jaqueado por el peronismo y los planteos militares decidió, en aquella fecha, promulgar la ley 15.271 por la cual el número de miembros de la Corte Suprema pasaba de 5 a 7 para lograr una relación de fuerzas más favorable a su gobierno.
En marzo de 1962, ya derrocado Frondizi, el titular de aquella Corte --Julio Oyhanarte-- frustró las aspiraciones del general Juan Poggi de instalarse en la Rosada como presidente de facto. Oyhanarte llamó al sucesor natural de Frondizi, el senador Jose María Guido, y le tomó juramento en la sede de la Corte Suprema.
Es cierto que la continuidad jurídica no tuvo demasiadas oportunidades de sobrevivencia. Las dictaduras militares necesitaron siempre de una Justicia y de una Corte afines para refrendar, en muchos casos, hasta actos de barbarie.
De modo que la recuperada democracia necesitaba reemplazar a las cortes dictatoriales con nuevos jueces que, luego, eran reemplazados tras cada golpe militar. Esa es la rueda que ha girado en la Argentina.
En 1958, Arturo Frondizi encontró una Corte alineada con los postulados de la Libertadora. Jaqueado por el peronismo y los planteos militares decidió, en aquella fecha, promulgar la ley 15.271 por la cual el número de miembros de la Corte Suprema pasaba de 5 a 7 para lograr una relación de fuerzas más favorable a su gobierno.
En marzo de 1962, ya derrocado Frondizi, el titular de aquella Corte --Julio Oyhanarte-- frustró las aspiraciones del general Juan Poggi de instalarse en la Rosada como presidente de facto. Oyhanarte llamó al sucesor natural de Frondizi, el senador Jose María Guido, y le tomó juramento en la sede de la Corte Suprema.
Fue la noticia del día que recogió Ariel Delgado para el informativo del mediodía de Radio Colonia y que tenés en el reproductor...
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