Sensualidad y elegancia, mezcladas con lágrimas, tristezas y añoranzas, son todas características propias de la denominada canción ciudadana.
Tratar de encontrar una respuesta acerca de su origen, lleva a contradicciones comenzando por el propio significado del vocablo "tango", un ritmo que ya pasó a ser patrimonio del mundo. Y esta sección es, si se quiere, una suerte de “Tabarís” o de “Chantecler” virtual que esta semana se da el lujo de presentar a…
OSVALDO PUGLIESE
Nació en porteño barrio de Villa Crespo el 2 de diciembre de 1905 y fue un renombrado pianista, director y compositor de tangos.
En el seno de su familia sólo se respiraba música. Su padre, Adolfo Pugliese, tocaba la flauta en conjuntos barriales. Y dos de sus hermanos mayores --Vicente y Alberto-- también eran devotos de las corcheas.
Para él todo comenzó cuando su padre le compró un violín con el que hizo sus primeros “pininos”.
Aunque, poco después, descubrió el amor de su vida: el piano.
En 1924 debutó en la renombrada orquesta de Roberto Firpo y, dos años más tarde, en la de Pedro Maffia. Claro que, su sueño, era tener su propia orquesta lo que logró en 1929.
Diez años más tarde, en 1939, logró debutar nada menos que en el renombrado café “El Nacional”.
Fue como tocar el cielo con las manos. A lo largo de su vida compuso más de 150 tangos y grabó no menos de 600 de otros autores. Se dio el gusto de presentarse nada menos que en el Teatro Colón, lugar reservado, por entonces, sólo para la música lírica y el ballet.
El 25 de julio de 1995, y tras una corta enfermedad, falleció a los 89 años en la Capital Federal. Sus restos fueron velados en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires y luego llevados hacia el cementerio de la Chacarita por la emblemática avenida Corrientes a contramano del tránsito.
Lo vamos a evocar en una de sus más recordadas creaciones: “La yumba” que tenés en el
videíto…
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