En su momento causaron conmoción. Alegres algunos. Patéticos otros. Pero todos con una carga emotiva que nos sensibilizaron. Este que podés escuchar desde el reproductor sucedió el 30 de octubre de 1959 y pasó a la historia como...
EL DÍA EN QUE LLEGÓ EL WINCOFÓN
Fue un electrodoméstico cuyo recuerdo, es más que seguro, le piantará un lagrimón a cualquiera de los jurásicos que sigue este blog.
La historia cuenta que, ese día de ese año, irrumpió en los hogares de nuestro país el legendario tocadiscos automático marca Winco.
El primer modelo tenía parlante incorporado y 3 velocidades que permitían escuchar discos de pasta, en 78 rpm; y los de vinilo que venían para 33 y 45 rpm.
Ese primer modelo también venía con un adaptador ya que, alguno de los vinilos, tenían un centro de 3 cms de diámetro.
Costaba 2.270 pesos fuertes de la época que se podían pagar en 10 cuotas en las buenas casas del ramo. El brazo, como sus antecesores, traía la consabida púa que, de tanto en tanto, había que cambiar.
Era religiosamente colocado en el living para que las visitas pudieran verlo ya que era toda una novedad y demostraba el poder adquisitivo de la familia que lo poseía. A partir de ese momento no hubo fiesta familiar, o asalto juvenil, donde el Winco no hiciera sonar los ritmos de la época.
Lo cierto es que, a partir de aquella primera versión del Winco, aparecieron luego otras dos...
El segundo modelo ya venía con dos parlantes exteriores y una buena cantidad de cable lo que permitía, por ejemplo, instalarlo en el interior de la casa pero sacar los parlantes a la calle o al patio para intensas jornadas de baile.
El tercero y último que salió a la venta, y mucho más sofisticado, apareció con una tapa de acrílico marrón oscuro transparente, que lo preservaba. Comenzaba 1964 cuando el Winco no se fabricó más. Pero nos dejó una nueva palabra. En realidad un nuevo verbo ya que, "wincofonear", pasó a ser sinónimo de bailar.
A 55 años de la irrupción del Winco queremos --acá-- recordarlo con un dejo de emoción porque fue parte de nuestra adolescencia y de los primeros años de juventud.
Winco... te llevamos en el corazón... y te revivimos con aquel primer jingle pegadizo que nos hizo conocerte. Este que podés escuchar desde el reproductor...
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