Recorriendo distintos portales de internet es posible encontrar interesantes mini documentales (videítos). Y los hay para todos los gustos: cómicos, bizarros o dramáticos entre otros géneros. Hoy te presento éste…
El tren de los reyes
"Asesinato en el Orient Express", de Agatha Chistie; "El tren de Estambul" y "Los viajes de mi tía", de Graham Greene; o "De Rusia con amor", de Ian Fleming, son algunas de las novelas que tienen como escenario el Orient Express. Historias ante las que el mundo cayó rendido por mostrar el lujoso interior de este transporte de ensueño.
Fue el 4 de octubre de 1883 cuando el tren --con dos coches-cama, un vagón restaurante excelentemente equipado y hasta un salón de fumadores incluido)-- partía París con rumbo a Rumania. Al sueño de atravesar Europa en tren se decidió denominarlo "Orient Express".
Lo cierto es que, de los 4.000 vagones de lujo que disponía el servicio hoy apenas si sobreviven 60. El "Orient Express" tuvo su apogeo en las décadas del '20 y del '30 y fue utilizado por reyes, príncipes, artistas, gobernantes, espías y “bon vivants” que iban y venían hacia los exóticos destinos del Este europeo como Estambul. En sus vagones viajaron --en distintas épocas-- el zar Nicolás II, Charles De Gaulle, Nikita Kruschev, el príncipe Rainiero y Grace Kelly, Ernest Hemingway, Marlene Dietrich, Graham Greene, Mata Hari, Sofía Loren, Marcello Mastroianni, Alfred Hitchcock o Liza Minelli, por citar sólo algunos famosos.
Precisamente la novelista Agatha Christie, pasajera frecuente del servicio, quedó alguna vez varada en las vías por una tormenta de nieve, y allí imagino el episodio de su famosa novela "Asesinato en el Orient Express" que, en los '70, fue llevada al cine y filmada en ese mismo tren.
El tren de los reyes
"Asesinato en el Orient Express", de Agatha Chistie; "El tren de Estambul" y "Los viajes de mi tía", de Graham Greene; o "De Rusia con amor", de Ian Fleming, son algunas de las novelas que tienen como escenario el Orient Express. Historias ante las que el mundo cayó rendido por mostrar el lujoso interior de este transporte de ensueño.
Fue el 4 de octubre de 1883 cuando el tren --con dos coches-cama, un vagón restaurante excelentemente equipado y hasta un salón de fumadores incluido)-- partía París con rumbo a Rumania. Al sueño de atravesar Europa en tren se decidió denominarlo "Orient Express".
Lo cierto es que, de los 4.000 vagones de lujo que disponía el servicio hoy apenas si sobreviven 60. El "Orient Express" tuvo su apogeo en las décadas del '20 y del '30 y fue utilizado por reyes, príncipes, artistas, gobernantes, espías y “bon vivants” que iban y venían hacia los exóticos destinos del Este europeo como Estambul. En sus vagones viajaron --en distintas épocas-- el zar Nicolás II, Charles De Gaulle, Nikita Kruschev, el príncipe Rainiero y Grace Kelly, Ernest Hemingway, Marlene Dietrich, Graham Greene, Mata Hari, Sofía Loren, Marcello Mastroianni, Alfred Hitchcock o Liza Minelli, por citar sólo algunos famosos.
Precisamente la novelista Agatha Christie, pasajera frecuente del servicio, quedó alguna vez varada en las vías por una tormenta de nieve, y allí imagino el episodio de su famosa novela "Asesinato en el Orient Express" que, en los '70, fue llevada al cine y filmada en ese mismo tren.
A principios de los años 80, el empresario británico James Sherwood --convencido que había un público dispuesto a pagar por recuperar el confort y el lujo de aquellos viajes en tren-- compró unos viejos vagones pullman de primera clase, los restauró y fundó una compañía a la que denominó "Orient Express".
Para subirse hoy a este tren hay que pagar entre 1.900 y 15.000 euros. El tren está pensado para llevar un máximo de 17 vagones, entre los que se incluyen un coche-bar abierto todo el día y ambientado por un pianista, una boutique y tres vagones-restaurante. Y es como que nada cambió y todo hoy se asemeja a la época dorada de un servicio ferroviario legendario conocido como “el tren de los reyes... o el rey de los trenes”
Para subirse hoy a este tren hay que pagar entre 1.900 y 15.000 euros. El tren está pensado para llevar un máximo de 17 vagones, entre los que se incluyen un coche-bar abierto todo el día y ambientado por un pianista, una boutique y tres vagones-restaurante. Y es como que nada cambió y todo hoy se asemeja a la época dorada de un servicio ferroviario legendario conocido como “el tren de los reyes... o el rey de los trenes”
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