miércoles, 5 de marzo de 2014

EDITORIAL

ARGENTINA 2014: CON AIRES A MACONDO

Sin duda el primer bimestre de este año será inolvidable. Todo mal. Devaluación, inflación, sintonía gruesa (en lugar de fina), pobreza que se acrecienta y un inocultable malestar social.
Lo cierto es que, repasando todo lo ocurrido en enero y febrero, y --vaya a saber por qué-- me vino a la memoria “Cien años de soledad”, esa genial obra del entrañable Gabriel García Márquez. Una trama que gira en torno a Macondo, un pueblo de ficción sumido en tal pobreza que se tuvo que ¡ declarar en quiebra !! Un pueblo sumergido en la nada y con habitantes sin futuro.

Postal de Macondo
La novela, definitivamente, transita tal realismo que llevó a los críticos a considerarla como una de las obras fundadoras del género literario conocido como realismo mágico.
Y, por estos tiempos de “vacas flacas”, pareciera que el gobierno sigue insistiendo en vendernos algo similar al realismo mágico que tan bien describió el genial “Gabo”. Claro que acá no hay ficción que valga y estamos transitando por un país que, si no le encuentran la vuelta, va derechito hacia la “anemia” social, política y económica. Lo que no es bueno ni deseable. Argentina no se lo merece.
Sencillamente porque ya no se puede ocultar que tenemos un Estado atravesado por el despilfarro y la corrupción. Un país que ha sufrido una feroz devaluación cuyo resultado, más obvio y palpable, es haber logrado que los precios se dispararan hacia las nubes.

Gabriel García Márquez
Una disputa por el salario que será salvaje en este marzo que se inicia. Hasta el jefe de la CGT oficialista, el metalúrgico Antonio Caló, se animó a confesar que “a la gente no le está alcanzando para comer”.
Y hasta se insinuó que no habrá aumentos para los planes sociales. Claro: con “la barriga llena” cuesta saber lo que vale llenar el carrito  en el súper.
Para colmo durante estos dos meses que pasaron Jorge Capitanich, jefe de Gabinete y vocero matutino del gobierno ante la prensa, no dejó de enhebrar perlas en su collar de disparates. Desde explayarse sobre una indemostrable teoría de la conspiración universal en contra del gobierno… hasta acusar a empresarios, comerciantes, sindicalistas y medios de comunicación de todos los males que acechan a nuestra patria. Por Dios.

Jorge "Coqui" Capitanich
Ciertamente el “Coqui” ya se ha transformado en un frontón en el que la presidenta hace rebotar la realidad cotidiana. Esa realidad que se empeñan en no ver, en ningunear y en ocultar.
Y, a decir verdad, echarle siempre la culpa a los demás puede ser una estrategia comunicacional… pero nunca resolverá los problemas. 
Porque, cuando sobra plata, patear las dificultades hacia adelante y persistir en los errores puede ser un ejercicio divertido. El problema es que, lo que no se resuelve hoy, indefectiblemente llegará mañana. Entonces los problemas que este gobierno no resolvió en el pasado --cuando podía-- ya están aterrizando entre nosotros y ahora no saben qué hacer con ellos.
 
CFK y el dilema de la actualidad
Esa --y no otra-- es la razón por la que el otrora discurso triunfalista, que dominó la “década relatada”, comenzó a mostrar fisuras.
Queda claro, por estos tiempos turbulentos, que hasta economistas que respaldaron el modelo “nacional, progresista y popular”, ya han tomado distancia y critican lo que es evidente “para no quedar pegados”
Por todo lo señalado --en los pasillos de La Rosada-- es frecuente escuchar, por estos días, legisladores y funcionarios repitiendo --como una letanía-- preguntas a las que nadie le encuentra respuesta: “¿Cómo la ves?”, “¿Aguantaremos?”, “¿Tendremos tiempo?”. Lo que nadie discute, en este país, es que hay que llegar al mes de abril. 

¿Y ahora? 2015... vení rápido
A como dé lugar. Porque lloverán los salvadores dólares de la cosecha que serán como el bíblico maná del cielo. Pero hay que llegar a abril.
Y lo que tampoco nadie discute es que la presi hará lo imposible por retener el poder y que no le va a dar “la sortija” --a nadie-- hasta la última vuelta de la calesita. Es decir: las PASO del 2015. Mientras tanto… agarrate Catalina.
Por eso qué pena enorme es que, los que hoy nos gobiernan, no hayan entendido lo que Gabriel García Márquez quiso legar --para los tiempos-- describiendo la triste realidad de un pueblo sin futuro: Macondo.

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