miércoles, 2 de julio de 2014

EDITORIAL

2015: SE VIENE TITANES EN EL RING

Tomando como referencia todo lo que ha ocurrido políticamente en nuestro país, desde el advenimiento de la democracia en 1983, bien podríamos acordar que la escena nacional ha tenido mucho de aquellos desopilantes “sainetes criollos” de principios del siglo pasado.
Porque los políticos --salvo honrosas excepciones-- más se parecieron a los “bufones” de aquellas antiguas cortes reales que a estadistas de una nación que intenta emerger y que honra su pasado histórico.
De modo que habrá que prepararse para lo que viene. Porque el año de las elecciones presidenciales promete no tener desperdicios.

Bufón real
No sería descabellado entonces suponer que, las campañas proselitistas, tendrán un cierto aire a “Titanes en el ring”, aquel entrañable programa de la tele que encabezaba Martín Karadagián.
Y, agiornados a las épocas que corren, ya asoman con luces propias tres gladiadores de la política. Daniel Scioli que bien podría encarnar a Rubén “el Ancho” Peucelle. Digo por su sacrificada espalda que ha resistido todos los mandobles que los K le han disparado en los últimos años.
Sergio Massa, por qué no, podría ser el Caballero Rojo, en la inteligencia que, ese color, es uno de los dos que distinguen al club Tigre. Y a Mauricio Macri le reservamos el rol de Rocky Maravilla que le sienta de perlas.
Serán, sin duda, tres de los que tallarán fuerte a la hora de jugar por la presidencia de la Nación. Claro que todos ellos con estrategias distintas.

El "Ancho" Peucelle
Scioli, por caso, intentando cercar al pejotismo para darle cimientos a su proyecto de instalarse en la Rosada.
Massa, en cambio, se empeñará en ampliar una construcción transversal --como la que pergeñó Néstor Kirchner-- transmitiéndole a la sociedad que se viene un tiempo distinto.
Y Macri mostrará, sacando “chapa” de hacedor, todos los cambios que generó en la city porteña y --obvio-- apostará al “corazoncito” de los xeneizes.
La disputa de los tres promete no tener cuartel. Y los tres apuntarán a las materias que los kirchneristas se llevan “aplazados y a marzo”: la inseguridad, la inflación y la droga.  

William Boo
Esos, y no otros, serán sus caballitos de batalla. Y, seguramente, harán eje en una legendaria frase aunque actualizada a los tiempos que corren: “Promete… promete… que algo queda”.
Claro que, de aquí a octubre del 2015, mucha agua correrá bajo el punte. A Scioli aún le aguardan piquetes de ojos y zancadillas de la tropa K que no lo deglute ni ahí. 
A Massa le queda poco más de un año para consolidar su candidatura desde un lugar que no tiene anclaje ejecutivo. Desde la vidriera del Congreso lo único que puede hacer es presentar proyectos que tendrán mucho más de “artificio marketinero” que de realidades concretas.
Lo de Macri, en cambio, será “hacer la plancha” y balconear cómo se desgastan Scioli y Massa.
Y Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, ya sin chances reeleccionistas, será durante los próximos 16 meses una suerte de William Boo, aquel controvertido árbitro tramposo en las luchas de los titanes.
Será para balconearla. Pero una pena si, una vez más, el que sale derrotado es el país.

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