Muchas de las casas viejas que aún quedan en la ciudad muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque la fiebre horizontal de los '60 trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Lo cierto es que, para quienes disfrutamos de ellas, independientemente de su estado, vale la pena recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…
MICROCENTRO:
CUANDO EL DISEÑO SE ADELANTA AL TIEMPO
La casona que hoy nos ocupa se encuentra el Belgrano 370, constituye uno de los principales exponentes edilicios de la época en la ciudad y tiene la concepción del ingeniero Francisco Marseillán.
Oriundo de Coronel Dorrego de muy joven se marchó a Francia donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Al regreso, en 1918, pasó por la Universidad de Buenos Aires graduándose de ingeniero civil.
Y no faltaron viajes a los Estados Unidos para especializarse en la construcción de caminos y pavimentos urbanos que le servirían --años más tarde-- para desempeñarse como Director de Obras Particulares de la comuna.
Marseillán, sin duda, marcó toda una época en el desarrollo urbano de la ciudad cuando ésta comenzaba a modernizarse.
La vivienda de calle Belgrano es un claro ejemplo de lo que significa adelantarse en el tiempo. La construcción se debate entre las líneas del racionalismo moderno y ciertos rasgos que perduran del art decó.
Por caso en los aventanamientos de la planta baja. Encontramos acá el despegue de una nueva estética donde predominaron las ventanas apaisadas y el vacío del muro.
Una gran enredadera en su frente, que la supo cubrir, le daba un toque distinto a la cuadra.
Marseillán vivió en nuestra ciudad hasta 1928, fecha en que se mudó a la Capital Federal.

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