miércoles, 7 de enero de 2015

EDITORIAL

EL VERDADERO SIGNIFICADO DE ABSA

Para quienes viven en buena parte de la provincia de Buenos Aires, la sigla es la denominación con la que se conoce a la empresa estatal Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima.
Según puede leerse en  su página de internet, cuyo enlace es (http://www.aguasbonaerenses.com.ar), atiende a 91 localidades, abastece a poco más de 3 millones y medio de usuarios, tiene enterrados 16.100 kilómetros de caños a lo largo de toda la concesión y declara tener 950 perforaciones en servicio.
Hasta ahí, lo que se dice una “pinturita”.

Logo de la empresa
Sin embargo, al menos en nuestra ciudad y en función de sus prestaciones, bien valdría la pena rebautizarla como Asociación de Burros Siempre Activos
Es que no dan pie con bola y, el servicio que brindan, es de pésimo a recontramalo. Veamos: 
a) Cada vez que florecen algas las aguas --como en la legendaria película-- “bajan turbias”.
b) Los caños de distribución domiciliaria (más viejos que “Matusalén”) tienen más agujeros que el “queso gruyere”. Y las pérdidas cotidianas generan tanta agua en superficie que, muchas de nuestras calles, semejan “los canales de Venecia”.

¿Activa?
c) Ni hablar de las cloacas que también se derraman, “alegremente”, por las arterias de la ciudad con sus pestilentes aromas y algún “regalito” que flota con su desnudez fétida. 
d) La imprevisión ha generado que, más de algún verano, nos hayamos quedado sin agua. Porque si no llueve, y hay sequía, estamos “al horno”.
e) Y, obviamente, cada dos por tres --sobre todo en épocas de elecciones-- los políticos reflotan aquel viejo proyecto del ingeniero Domingo Pronsato de traer agua del Río Colorado (1930). 
Pero, como hubiera dicho el catamarqueño Vicente Leónidas Saadi, no son más que “nubes de Úbeda” y “cháchara”. Porque los años pasan… y no pasa “naranja”.

Derrames cotidianos
Para peor, cuando uno escucha a los funcionarios del organismo --sea de visita en la ciudad o “pontificando” desde sus “poltronas” en la ciudad de La Plata-- se imagina que han sido reclutados en un “casting”
Una selección apuntando en la búsqueda de tirifilos, botarates, chantunes, ineptos, chamuyeros, desvergonzados y un montón de adjetivos “descalificativos” que los pintan de cuerpo entero y que justifican tamaña insensatez de gestión. Eso sí: todos con muy buenos sueldos. 

¿Depura o es todo un cuento?
Y son “tan animalitos de Dios” que no son capaces de reparar que --todos los desechos cloacales de la ciudad-- van a parar a la ría sin tratamiento alguno. 
Peor aún: los derrames cotidianos en las calles de la ciudad (por filtración) contaminan las napas. 
Bueno… pero ellos no viven acá y “que se jodan los bahienses” pensarán.
Según el doctor en Biología Marina, Jorge Marcovecchio --investigador superior del Conicet y miembro del Instituto Argentino de Oceanografía (IADO)-- la fuente más importante de contaminación de nuestra ría son las descargas cloacales. 

Y a pesar de todo... con aumento
Nada menos que 84.000 metros cúbicos por día. Un espanto.
Encima, a partir de enero del 2015, las facturas vendrán con un nuevo incremento.
Y lo que no deja de llamar la atención es que el gremio, que nuclea a los trabajadores de ABSA, no dice “ni mú”
Casi como que “le hubieran comido la lengua los ratones”. También son unos desvergonzados.
¿Se entiende por qué la sigla ABSA debemos decodificarla como Asociación de Burros Siempre Activos?

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