miércoles, 2 de septiembre de 2015

EDITORIAL

EDUCACION: LOS K SE LA LLEVARON A MARZO

La inflación no afloja, la inseguridad tampoco y las señales de corrupción son inquietantes.
Sin embargo, y pensando en una Argentina a futuro, el nivel de la educación que se le ofrece a los pibes --en esta “década ganada”-- es de terror.
Porque las cifras que se conocen de tanto en tanto, generadas por organismos internacionales, marcan el grado de deterioro de la educación en nuestro país.

¿Ganada?
Lo contrario de aquel pensamiento sarmientino que apuntaba a “educar al soberano” para derrotar al analfabetismo.
Tiempos que fueron definidos como los de "la era del conocimiento”.
Los estudiantes secundarios de nuestro país se ubicaron en el puesto 59 sobre alumnos de 65 países evaluados por la UNESCO.
Les fue mal en ciencia, espantoso en la simple operatoria de comprensión de textos y horrible en matemáticas.
Y estos catastróficos resultados no hacen más que reflejar lo que --algunos más, algunos menos-- percibimos a diario: la pobreza del léxico, la desinteresada incomprensión de los fenómenos que ocurren a diario en nuestro país… y la carencia de cualquier atisbo de cultura libresca que caracteriza al “pibe promedio”.

¿Qué diría hoy el maestro?
Son varios los factores que ayudan a esta patética realidad que nos toca vivir: por caso el culto a internet; o la religión de que, lo único que hoy vale, es el éxito mediático.
Olvidamos, quizás, que la gran falla es la escuela. Un sistema que, desde hace ya algunos años, se muestra incapaz de construir la seducción al conocimiento.
Así, Argentina, tiene la tasa más alta de repitencia en la secundaria de toda Latinoamérica. 
Sólo Uruguay está peor. No extraña entonces que, según informes de la UNESCO, en el país sólo el 43 % de los alumnos lleguen a recibirse en los plazos establecidos y que --apenas el 50 %-- llegue a graduarse en una escuela secundaria que es obligatoria por ley.

Lo importante es llegar a la tele
Si a esta triste realidad le agregamos que, el 40 % de los docentes (dato del Observatorio de la Ecuación Básica Argentina) pega el faltazo más de 4 horas por semana en las escuelas públicas; y que el 58 % de los alumnos del secundario faltan no menos de 20 días en el año escolar… el “combo” es perfecto.
¿Quiere este país producir burros? 
Y esto, obvio, no sucede por casualidad ni por culpa de los fondos buitres. Es que, según una encuesta de Hugo Haime, la educación --en nuestro país-- ocupa el 8° puesto entre las 10 principales preocupaciones de los argentinos. Tal vez, ésa sea la “verdadera madre del borrego”.
Por eso no sería disparatado señalar que, la educación por estos tiempos, “nos importa un pomo”.

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