miércoles, 16 de diciembre de 2015

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

BARRIO UNIVERSITARIO: LA MAJESTUOSIDAD DEL SIGLO XX


Los cambios estéticos, incluso en la arquitectura, pueden transitar por caminos tumultuosos o preferir aquellos que discurren de manera gradual y armónica. 
De ahí que, algunos, felicitarán la valentía del cambio audaz --más allá de lo fugaz de su permanencia-- y no faltará quien critique la lentitud con la que se han llevado a cabo otros. Claro que, estos últimos, siguen vigentes hoy en día. 
Esta casa que nos ocupa, levantada en la esquina de Mitre y Paraguay, es la resultante de esa pelea teórica de quien la diseñó. 
Una casa que respondió a los requerimientos de ese presente, pero que miró hacia un futuro que descartaría el ornamento superfluo y sin sentido.
Y lo que, sin duda, sigue distinguiendo a esta mansión es su entrada --imponente por la altura y por su balcón-- pero sobria en sus líneas y volumetrías. Por cierto que, lo más llamativo además de su hermoso jardín, es el techo que lo protege. 
De líneas claras y con detalles que recuerdan a las escuelas de artes y oficios inglesas. El remate del techo, del segundo piso, nos hace pensar en la tan característica arquitectura de las islas británicas que encontramos en las viviendas de calle Brickman esquina Colón (el denominado "Barrio Inglés").
Y habrá que decir que tal vez sus líneas puras, y poco sensuales o provocadoras, fueron las que ahuyentaron los intereses especulativos… ésos amantes de la famosa picota.
Por fin, no es correcto señalar que el estilo responda a corrientes estéticas inglesas o del norte de Europa. Porque la ausencia de ornamentos y excesivos detalles, nos remiten a los pre inicios de la arquitectura moderna. Podemos suponer que esta casona fue construida entre los años 1900 y 1920.

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