Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado.
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…
UNA LLAMATIVA TORRE EN EL MACROCENTRO
La ropa que usamos habla de nosotros. Las casas también. Y sin adentrarnos en la historia de la construcción --la que se levanta en la esquina de Dorrego y Portugal-- bien se podría afirmar que el primer propietario comulgaba con el estilo árabe (de ahí las reminiscencias moriscas) o, tal vez, con las construcciones turcas (como las muchas que se levantan en el barrio de Tiro Federal).
El estilo árabe se destaca, entre otras características, por su profusa ornamentación. Es que como los musulmanes no pueden adorar ninguna imagen, concentraban toda su libido utilizando llamativas figuras florales y geométricas.
Lo distintivo de esta casona es que tiene tanto de árabe como de turco, independientemente de no mostrar ningún rastro de caligrafía árabe tan peculiar en ese tipo de estilos.
Para resaltar sus ventanas, con arcos de medio punto del primer piso, que constituyen un rasgo mas europeo que árabe, lo que genera el interrogante de si el estilo no incorpora también un toque andaluz.
Finalmente su torre superior --minarete (mirador)-- ofrece un excelente trabajo en sus esquinas, imitando la trabazón de piedras.
Probablemente haya sido levantada entre 1920 y 1930 y habrá que decir que el palacete sufrió, con el tiempo, algunas modificaciones que impiden saber si existió, alguna vez, una cochera que denotara el status social de sus primeros ocupantes.
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