miércoles, 9 de marzo de 2016

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

VILLA HARDING GREEN:
CASTILLOS SALIDOS DE UN CUENTO DE HADAS


En otras actualizaciones de esta sección ya hemos mencionado a no pocos  prohombres que soñaron lo que Bahia Blanca es o pretende ser. 
Y, precisamente, la villa es una prueba de esta aseveración. Por eso admiramos a quienes soñaron esa pequeña urbanización que, por casi un siglo, estuvo aislada de la ciudad pero que, con las construcciones actuales y el boom inmobiliario de los tiempos que corren, se logrará integrarla definitivamente al ejido de la ciudad.  
Y hasta podríamos señalar que es una pena que, el tranvía que unía esta barriada con el centro urbano, no funcione más. Hoy seria una mina de oro la explotación de este servicio.
Sin dudas villa Harding Green exhibe un loteo muy particular y, hasta si se quiere, impropio de las tradicionales ciudades americanas. Porque la típica manzana cuadrada genera un bajo rendimiento ocupacional y sus fondos no son explotados debidamente. 
Fue así que, ese dibujo tradicional de la manzana, fue reemplazado por la rectangular, propia del pragmatismo ingles, y que permite un buen aprovechamiento de la superficie. 
En su tiempo aparecieron los "castillos" que son esas viviendas de estilo pintoresquista que se destacan y que le dan una aire aristocrático al sector. 
Y la construcción que hoy nos ocupa tuvo sus inicios allá por 1910 apenas cuatro años más tarde que naciera la villa --en diciembre de 1906-- cuando el martillero Ernesto Parral loteó la chacra 351 del plano catastral.

Cuenta la historia…
…que, la villa, se levanta al noroeste de la ciudad y que, en sus orígenes albergó a más de un centenar de sencillas viviendas obreras. 
Su nombre es un homenaje a don William Brehmer Harding Green, un ciudadano inglés que aportó no pocas obras a la ciudad. 
El sector supo tener uno de los más atractivos paseos de aquella época. Y la referencia es al servicio de tranvías que funcionó entre 1911 y 1938 y que partía desde la plaza Rivadavia. 
También, en la villa, tuvo su asiento "La Aeroposta", que fue el primer servicio aeropostal de la ciudad. 
Será imposible entonces olvidar que, el 1° de noviembre de 1929 comandando una aeronave “Late 25”, Antoine de Saint Exúpery inició el servicio aéreo comercial arribando desde la Capital Federal. Finalmente hacer mención que en la villa se encuentra "El Cristo Redentor" y que, el 7 de abril de 1987, Su Santidad Juan Pablo II bendijo esas tierras.

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