miércoles, 31 de agosto de 2016

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

BARRIO PEDRO PICO: UN TEMPLO CALIFORNIANO
La que hoy nos ocupa es una casa de Dios, se encuentra enclavada en esa barriada y la ubicamos en calle Montevideo 177, más precisamente enfrente de lo que fue la erradicada Villa Quilmes.


Nos muestra, como corresponde a las construcciones relacionadas con la religión, un atrio de líneas típicamente californianas. En actualizaciones anteriores ya hemos comentado que, ese estilo, fue incorporado como moda por los gobiernos peronistas de la década del ’50 que querían imponerlo como un estilo nacional. 
Observándolo con detenimiento parecería que, desde su construcción, no ha sufrido modificaciones posteriores y luce tal cual como cuando se lo inauguró. 
El detalle ornamental del remate superior de la casona --simulando campanarios-- abonan (aún para el lego) la sensación que la casa se muestra como lo que es: un templo.
Para destacar su estado de conservación teniendo en cuenta que, la construcción de este armonioso templo, data de principios de la década del ’40. 

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