Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado.
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…
MACROCENTRO: CON LLAMATIVOS RELIEVES FEMENINOS Y FLORALES...
La casona, que se levanta en calle Fitz Roy 382, actualmente es ocupada por el Colegio de Técnicos de la Provincia de Buenos Aires. Y habrá que señalar que se conserva con el mismo esplendor de cuando fue construida.
Su distribución interior responde a la característica de una vivienda con patio de formas pseudo octogonales a diferencia de los patios de las denominadas “casa chorizo” que los mostraban lineales y alargados.
La estética de la construcción que nos ocupa en esta actualización semanal del blog, muestra líneas propias y tradicionales del art nouveaux lo que se manifiesta en los relieves femeninos y florales que coronan su acceso principal.
Finalmente, el periodo de construcción de esta vivienda se remonta al período que va de 1910 a 1925.

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