Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado.
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…
MICROCENTRO: ESTILO CLÁSICO ITALIANO QUE AÚN HOY ASOMBRA...
Esta casa que hoy nos ocupa se levanta en la calle Soler 328 y --sus constructores-- fueron los arquitectos Matrangolo y Lanusse, autores de algunas otras joyas arquitectónicas en la ciudad.
Su estilo se inscribe en el más puro lenguaje del clásico italiano y son llamativos sus ornamentos que --si bien no abundan-- exhiben una calidad y detalles únicos.
Observando la casona con detenimiento no estaría de más señalar que, la resolución de los arcos que exhibe en su fachada, hacen recordar obras del legendario arquitecto italiano Andrea Palladio con ese tratamiento tan particular.
La construcción de esta vivienda se remonta a 1935.

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