miércoles, 17 de octubre de 2018

DIOSAS INOXIDABLES

Trascendieron su tiempo. Amaron y fueron amadas. También deseadas y admiradas. Tuvieron vidas alucinantes, sus romances dieron que hablar y, algunas de ellas, murieron de manera trágica. 
Perduran, aún hoy en la memoria colectiva y esta sección es, si se quiere, una manera de recordarlas y homenajearlas. En la actualización de esta semana levantamos al telón para presentar a...  

GILDA
Su verdadero nombre era Miriam Alejandra Bianchi Scioli y había nacido en Villa Paranacito (Entre Ríos) el 7 de septiembre de 1961.


Quedó en la leyenda como Gilda y fue una reconocidísima cantante y compositora de cumbia y música tropical de nuestro país.
Entre sus canciones más celebradas imposible olvidar "Ámame despacito", "Corazón valiente", "Fuiste", "No me arrepiento de este amor" y "Paisaje". Muchas de ellas han sido versionadas por bandas y grupos como Attaque 77, Los Charros o Vicentico.

Su breve pero exitosa carrera, sumada a la trágica muerte en el apogeo de la fama, la convirtió en ícono popular.
Inició sus estudios de maestra jardinera y el profesorado de educación física.
Pero debió interrumpirlos, en 1977, al fallecer su padre. 
Por entonces tenía 16 años y debió hacerse cargo de su hogar. 
Al tiempo se casó y tuvo dos hijos: Mariel y Fabricio.
Su carrera musical comenzó al presentarse a un aviso de diario donde solicitaban vocalistas para un grupo musical. 
Su voz, y su carisma, le generaron lugar en una banda del género tropical. 
Claro que, primero, tuvo que convencer a su familia que se oponía a que incursionara en el mundo del espectáculo. 
Así se convirtió en Gilda en honor a la "femme fatale" que encarnaba Rita Hayworth en la película del mismo nombre.

En los comienzos de su nueva carrera conoció a Juan Carlos “Toti” Giménez --compositor y tecladista-- que más tarde se convertiría en su pareja. 
Y él fue el encargado de forjar la leyenda de Gilda. 
Porque fue quien la convenció de lanzarse como solista y la apoyó en la lucha contra las compañías discográficas que -por entonces- creían que el mundo de la música popular era exclusivo para voces masculinas.
Y, contra lo que muchos suponían, Gilda se hizo acreedora a no pocos discos de oro, de platino y de doble platino tras su muerte.
Una película, sobre su vida, será protagonizada por Natalia Oreiro estrenándose antes de fin de año.

Y, el mito de Gilda, comenzó el día 7 de septiembre de 1996, en el kilómetro 129 de la ruta nacional 12 cerca de la localidad de Chajarí, en Entre Ríos. 
Es que, un camión, embistió al ómnibus donde ella viajaba falleciendo junto a su madre, su hija mayor, tres de sus músicos y el chofer que la trasladaba.
Ya desde antes de su fallecimiento no pocos fans le atribuían la condición de santa en la creencia que, Gilda, había realizado varios milagros.
Existe, incluso, un santuario en su honor en el lugar donde ocurrió el accidente fatal, en el que también se conserva el ómnibus en el que viajaba.
Sus restos descansan en la tumba 3.635 --de la galería 24-- en el Cementerio de la Chacarita.

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