DOÑA ROSA, JUAN PUEBLO Y LAS URNAS
Allá por los 80 --sin haber pasado siquiera por el Registro de la Propiedad Intelectual-- el periodista Bernardo Neustdat patentó a doña Rosa. Y, aunque no lo haya mencionado, seguramente la señora estaba casada con Juan Pueblo. Y ambos son los que encarnan, y representan, a la mayoría de los argentinos que --cada 4 años-- son convocados para elegir presidente. Argentinos que no saben ni entienden a los políticos. Porque, para ellos, la heladera debe estar en la cocina y el inodoro en el baño. Y entonces no pueden “descular” a quienes acomodan las cosas de manera muy diferente.
Juan Pueblo y Doña Rosa |
Por eso doña Rosa y Juan Pueblo sienten --cada 4 años-- ser los convidados de piedra a una feria de vanidades. Saben que, como en toda elección, sobrarán candidatos y faltarán ideas.
Es que, aún en su simple comprensión de la política, intuyen que un catálogo de buenos deseos nunca alcanzará para construir un programa serio de gobierno.
Les dijeron, y lo creen, que mejor que decir es hacer y que mejor que prometer es cumplir…
Les dijeron, y lo creen, que mejor que decir es hacer y que mejor que prometer es cumplir…
Sin embargo, y tras cada elección, queda de manifiesto que la mayoría de los políticos le dieron al “jarabe de pico” pero nada más. Por caso se esperanzaron, antes del 27 de octubre del año pasado, cuando uno de los candidatos --Sergio Massa-- les prometió el “haber 14” ni bien llegara al Congreso de la Nación.
Bernardo Neustadt |
Traducción: la clase pasiva tiene 12 haberes previsionales al año y dos medios aguinaldos que suman un haber más. Total 13. Y el 14, claro, no les hubiera venido para nada mal. Ahora, meses después de aquellas elecciones, se dieron cuenta que los habían “vacunado” una vez más.
Es que doña Rosa y Juan Pueblo no necesitan haber pasado por la universidad, ni haberse formado como cuadros políticos, para intuir que con la democracia se come, se cura y se educa. Claro que, para que eso ocurra, los políticos deben dejar atrás las riñas, las mezquindades y el vedetismo para abocarse a privilegiar las políticas de estado por sobre las sesgadas y enanas políticas partidarias o --lo que es peor-- las personales.
De no ser así las elecciones presidenciales del próximo 2015 en lugar de generar esperanzas y expectativas serán… una vez más… un canto al desencanto…
Es que doña Rosa y Juan Pueblo no necesitan haber pasado por la universidad, ni haberse formado como cuadros políticos, para intuir que con la democracia se come, se cura y se educa. Claro que, para que eso ocurra, los políticos deben dejar atrás las riñas, las mezquindades y el vedetismo para abocarse a privilegiar las políticas de estado por sobre las sesgadas y enanas políticas partidarias o --lo que es peor-- las personales.
De no ser así las elecciones presidenciales del próximo 2015 en lugar de generar esperanzas y expectativas serán… una vez más… un canto al desencanto…
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