miércoles, 30 de abril de 2014

EDITORIAL

HISTORIETAS DEL AYER PARA EL RELATO DEL HOY

Yo, a veces, pienso en lo desagradecidos que somos una buena parte de los argentinos para con este gobierno “nacional, progresista y popular”.
Es cierto que, en esta “dékada ganada”, hemos perdido algunas cosas. Por caso la seguridad. Por caso llegar a fin de mes porque la inflación nos come la billetera.  
Por caso la calidad educativa. Y hasta hemos perdido la capacidad de asombrarnos porque los hechos de corrupción --por frecuentes-- ya ni nos hacen escandalizar.

El Dr. Merengue y su otro yo
Pero todo eso no nos debería impedir agradecerle al gobierno de Cristina Kirchner un regalo que nos viene haciendo casi a diario. 
Porque tengo para mí que, los que putean y protestan --contra Néstor primero y contra Cristina ahora-- no han reparado en que, gracias a ellos, hemos podido recrear nuestra lejana niñez.
Porque no cualquier gobierno es capaz de hacernos recordar a aquellos entrañables personajes de una época que creíamos que jamás podríamos volver a disfrutar.
Y a las pruebas me remito.
Así nos hemos topado con un “Doctor Merengue” (Capitanich) recitándonos un verso con una ampulosidad gestual más propia de los teatros de la calle Corrientes que de la política.
Al verlo seguramente su “otro yo” se revolcará de la risa ante tanto disparate.

Isidoro Cañones
Y en el gobierno también hay un “Avivato” (que encarna el irrepetible Aníbal Fernández) sacando siempre la mejor tajada con sus alcahueterías y bajezas.
No falta, en el entorno gubernamental, un “Isidoro Cañones” (¿Lázaro Báez o Cristóbal López?) rapiñando el patrimonio nacional que los transformó en prósperos empresarios al menos en este período kirchnerista.
Y bueno sería que no estuvieran “Patoruzú” (Carlos Kunkel) o “Upa” (Luis D’Elía) que asaltan la pantalla chica con sus “huiiijaaa” estridentes y desafinados. Claro que, en lugar de boleadoras o panzazos hacen uso indiscriminado de mandobles verbales contra todo aquel que ose criticar al gobierno que supimos conseguir.
Y será imposible dejar afuera a “Fúlmine” (Carlos Zanini) que no propaga las malas noticias pero que las genera y que se ha ganado un lugar en este “pericón nacional” que comenzó un 25 de mayo del 2003.

La bella durmiente
Claro que a este festival de personajes de historietas de nuestra infancia --que nos vienen a la memoria ante los desopilantes desaguisados diarios de los K-- le estaría faltando la heroína.
Y, gracias a Dios, la encontramos en una “Mary Poppins” que nos habla como si, en lugar de dirigirse al pueblo de la Nación, lo estuviera haciendo para el deshollinador en sus tediosas cadenas nacionales que la tienen como protagonista rodeada de un coro de aplaudidores.
Y la verdad es que, con tanto personaje, los argentinos nos quejamos de llenos porque éstos del gobierno nos están regalando una infancia que, con el paso de los años, creíamos perdida.
¡Y vaya si pusieron empeño!! Todo en base a trucos, argucias, picardía, dolo, fraude, ficción, irrealidad, espejitos de colores y todo aquello que sirva para construir un falso relato con el que embaucar a una sociedad que no atina a reaccionar.
Lástima que, en esta parodia política, la “Bella durmiente” (la Argentina) sigue esperando que la despierten de una pesadilla que no se merece…

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