miércoles, 9 de abril de 2014

EDITORIAL

NUNCA ES TRISTE LA VERDAD… LO QUE NO TIENE ES REMEDIO

A la luz de lo que ocurre cotidianamente uno tiene la sensación que el gobierno ha perdido definitivamente la brújula.
Porque, a esta altura, la realidad no puede disimularse con “saraza” o “jarabe de pico” y no asumir los errores que saltan a la vista. 
Eso, y no otra cosa, es lo que muestran a diario los funcionarios del gobierno que viven corriendo --desde atrás-- a la crisis económica que ya no se puede ni maquillar, ni disimular, ni esconder detrás de un relato épico que se fue deshilachando y en el que ya nadie cree.

Que aparezca una brújula
Porque, corriendo los acontecimientos desde atrás, es como terminaron su mandato --antes de tiempo-- Raúl Alfonsín, en 1989. O Fernando de la Rúa, en diciembre de 2001.
Es verdad: se trata de situaciones distintas. Pero los tiempos parecen acelerarse de manera muy peligrosa y, la verdad, es que no la “embocan” con el diagnóstico. 
Simplemente porque cambian de una semana a la otra. De un día al siguiente. Y, a veces, con diferencia de horas.
Es increíble que, a esta altura --cuando no hay precios en decenas de productos y se remarca cada 72 horas-- Cristina Kirchner y sus ministros sigan hablando de “precios cuidados”.  
Y, como si estuviéramos en el “reino del revés” la presi --en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso-- le pidió a la sociedad que cuidara los precios.

Perdón: ¿no es ése uno de los roles del Estado? Para eso les pagamos, muchachos… Claro que al más puro estilo kirchnerista --donde la culpa siempre estará en la vereda del otro-- todos los K intentan permanentemente disfrazar los enormes errores de gestión denunciando supuestos intentos de golpe de mercado.
¿Cómo van a pretender que los sindicatos firmen por una paritaria menor al 30% si el aumento del gasto, en el último año, superó el 40%?
Peor aún: cuando se analizan las partidas del presupuesto, que más incrementaron sus gastos, el dato relevante es que los subsidios a las empresas y la propaganda, son los rubros en los que más dinero se dilapidará este año.
Y un argumento, esgrimido hace poco por la presidenta, tiene más de “Telecataplum” que de la reflexión serena de una estadista. Señaló que vienen (vaya a saber quiénes) por el agua, el oro y el petróleo de la Argentina y que --por eso-- atacan al peso y el valor de los activos. Mamita.

¿Creerá CFK seriamente que somos la reserva económica, alimentaria y moral del planeta y eso explica la devaluación de la moneda de más del 30% en menos de un mes y una expectativa inflacionaria de entre 30 y 40% para el 2014?
¿De verdad esperan que la mayoría de los argentinos crean en semejante teoría conspirativa?
Señores del gobierno: hay que volver a generar confianza y hacer las cosas sencillas y prácticas que están haciendo Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay o Perú. A esos países no les faltan dólares. Más bien les sobran. Tampoco tienen alta inflación. Y mantienen sus tasas de crecimiento por encima de las de nuestro país.
Y queda claro que este desbarajuste, así como va, no puede durar mucho tiempo. Porque la realidad va a terminar de poner las cosas en su lugar. Y porque, como nos dijo Serrat, “nunca es triste la verdad… lo que no tiene es remedio”

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