miércoles, 16 de abril de 2014

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas que aún quedan en la ciudad muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque la fiebre horizontal de los '60 trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Lo cierto es que, para quienes disfrutamos de ellas, independientemente de su estado, vale la pena recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

MICROCENTRO:
JUGANDO CON LOS OPUESTOS


Si uno se toma el trabajo de observar --aunque más no sea fugazmente-- el edificio que se levanta en Rondeau 90, tendrá en primer lugar la sensación de su llamativa solidez. 
Una característica que aparece, nítidamente, en la oscura y pesada piedra de su basamento que, además, muestra una trabazón bien rustica. Y por encima de ese basamento pétreo no deja de llamar la atención el desarrollo ladrillero que exhibe casi como marcando un contrapunto visual. 
Para destacar, además, sus aberturas de la planta baja cuyas molduras y ornamentos aparecen sostenidos por columnas que simulan “levitar” (visualmente) en el aire. Esta contradicción entre la “tectonicidad” del ladrillo por sobre el de la piedra, versus la “atectonicidad” de las columnas voladoras nos trasladan, casi mágicamente, al denominado “manierismo italiano”. Para completar el concepto habrá que decir que, algunos legendarios exponentes de este llamativo estilo, fueron nada menos que Miguel Angel y Andrea Palladio. 
Para cerrar la descripción de esta magnífica construcción señalar que el manierismo, precisamente, se distingue por jugar con la dualidad de opuestos intentando generar, en el espectador, una natural reacción por la ruptura visual de ciertos paradigmas. 
La obra es una joya más de la ciudad que sobrevive desde la década del ‘30.

Nota: mucho agradezco, en esta sección, la colaboración del arquitecto Claudio Ballesi.
Celular: (0291) 156 490 365 - Fijo: (0291) 455 9468
Mail: claudio_ballesi@yahoo.com

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