ALGO HUELE MAL EN ARGENTINA
Queda claro que, la globalización en las comunicaciones, no sólo nos permite saber cómo estamos y hacia dónde vamos… si no cómo nos ven desde afuera.
Y, la mayoría de las opiniones, coincide en que parte de los problemas que aquejan “el cuerpo” de la República son los escándalos y la corrupción que rodean a la presidenta y que comienzan a tener “marquesina propia”.
Es que, la incomodidad doméstica, no sólo la provoca Amado Boudou. Porque el caso Ciccone, y sus oscuras ramificaciones, también salpican a CFK.
Las andanzas de Amado |
Es cierto que le alcanza con “borrar de la escena” (como lo hace) al vicepresidente rockero. Pero está a la vista que no puede, en cambio, con la “angurria” de los fondos buitre que siguen “escarbando en las rutas clandestinas del dinero K”.
Y ni hablar de la justicia uruguaya que también anda “husmeando” al empresario patagónico Lázaro Báez.
Claro que Lázaro no estaría solo.
Porque un juez “charrúa” --especializado en Crimen Organizado y que se llama Néstor Valetti-- está preparando un pedido de extradición para Alejandro Vandembroele (el testaferro de Boudou) al que, también, lo supone complicado en lavado de dinero.
Los buitres acechan a Cristina |
Y, las malas noticias para Cristina Kirchner, también siguen arribando desde los Estados Unidos.
Porque, los “buitres” no aflojan. Parece que ahora le requirieron al juez de Nevada, Cam Farembach, que investigue al empresario Cristóbal López y sus posibles negocios con el matrimonio Kirchner.
Se habla de 123 sociedades detectadas en el exterior en las que estaría involucrado --nada más y nada menos-- que Máximo Kirchner.
Como si todo esto fuera poco acá, en el país, la economía se derrite como helado en verano. ¿Podrá continuar el gobierno sin ayuda externa hasta las elecciones del 2015?
Cristilandia |
¿Será un arreglo con los buitres la única receta posible? ¿Soportará Cristina la presión que significan las revelaciones sobre las rutas clandestinas del dinero K?
A la luz de las encuestas, el relato K parece que ya no sorprende a nadie. Ni a propios ni a extraños.
Y un lamentable manto de “inmutable impunidad” parece estar sobrevolando sobre la república que supimos conseguir.
Ya no bastan las palabras rimbombantes, ni las cadenas nacionales, ni las puestas en escena. Porque nos hemos dado cuenta que “Cristilandia” no existe.
Porque el país parece haber descubierto que, la historia, no comenzó el 25 de mayo del 2003 cuando ÉL asumió la presidencia de la Nación.
Ya no sirven “monigotes” como Alex Freyre --presidente del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual del Senado con un sueldo de 25 mil pesos mensuales-- para sostener el relato.
Aunque Alex, tal vez, haya desnudado --como nadie-- la inmoralidad que encubre el relato.
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