miércoles, 22 de octubre de 2014

SÓTANO BEAT

Entre muchas otras razones las décadas del 60 y del 70 ingresaron en la leyenda por su música con intérpretes y canciones que marcaron una época irrepetible. Nacionales y extranjeros, por igual, dejaron un legado que marcó a no pocas generaciones de quienes fueron jóvenes en aquellos años. Y esta sección es un tributo para todos ellos… 

HERVÉ VILARD

Hoy quiero evocar a este tremendo cantante francés de mediados de la década del ’60. Su biografía cuenta que fue único hijo de una humilde vendedora de violetas (cuyo nombre era Blanche) y que todos los días armaba su puestito en las afueras del “Teatro de las Variedades”, de París.
René Paul Hervé Villard --Hervé Vilard para el mundo de la música-- nació el 24 de julio de 1946 dentro de un taxi que se dirigía hacia el Hospital Saint Antoine.
A los 6 años fue separado de su madre e internado en el orfelinato San Vicente de Paul de donde intentó escaparse varias veces. A los 14 decidió que la música era su futuro, dejó el orfanato y viajó a Paris en busca de empleo. 
Tuvo varios: trabajó en un bar, vendió discos hasta que, a mediados de los sesenta, conoció personalmente a la gran cantante Dalida quien lo amadrinó transformándolo en una estrella de la canción francesa.
En 1967 confesó públicamente su homosexualidad, convirtiéndose en el primer artista francés en hacerlo. Lo cierto es que metió un montón de éxitos durante su carrera artística. Y uno de ellos es el que tenés en el videíto para que lo puedas ver y disfrutar cantando “Adiós linda Candy”



Rápidamente esta canción logró colocarse al tope de las ventas discográficas en Francia. Y ya, para 1966, había rebasado las fronteras del idioma y se había convertido en un hit internacional.
El éxito lo trajo varias veces a Sudamérica y, a lo largo de su carrera, grabó 33 larga duración que lo consagraron en el mundo de la música…

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