miércoles, 5 de junio de 2013

BAHÍA: BARRIOS Y VILLAS

Para muchos los vocablos “barrio” y “villa” son sinónimos y cualquier diccionario parece confirmarlo. Para otros, en cambio, implican conceptos diferentes. Pero más allá de lo semántico la pretensión que nos mueve, en esta sección, es mostrar sus contornos, las barriadas que los circundan y un poco de la historia de cada uno de ellos… 

NOROESTE

Postales: Club Velocidad y Resistencia - Estación Noroeste - Galpones Mercado Victoria - Plaza José Martí

En 1889 nació la empresa ferroviaria "Bahía Blanca Noroeste" y, casi en simultáneo, los terrenos recostados sobre la calle Sixto Laspiur comenzaron a poblarse con las casas que fueron levantando los empleados del emprendimiento. Así nació este barrio considerado el primero de la ciudad porque recién, en las primeras décadas del siglo XX, fue cuando comenzaron a desarrollarse otros conglomerados urbanos con la aparición de distintas villas y barrios.
Sin embargo, y por esas cosas de la burocracia, la barriada recién tuvo fecha cierta de fundación en 1993 cuando la Sociedad de Fomento adoptó el 13 de octubre de 1889 para conmemorar, así, el día en que 2.000 obreros comenzaron a construir la línea férrea que uniría nuestra ciudad con la localidad de San Martín (La Pampa).

(haciendo clic sobre el mapa se agranda la imagen) 

A pesar de su nombre, el barrio se ubica en el sudoeste de la ciudad y lo cierto es que polacos, sirios, rusos, ingleses y búlgaros le dieron al sector una fisonomía inédita. El barrio se extiende desde la calle Sixto Laspiur hasta las vías al Neuquén (lindantes con la Richieri) y desde la avenida Colón a la calle Juan Molina ocupando un total de 112 manzanas.
La vieja y entrañable estación de chapa, con su longevidad a cuestas, sigue erguida en la intersección de las calles Sixto Laspiur y Roca y bien podría considerársela como el gran emblema del barrio.
Y habrá que decir que los pobladores jurásicos del sector todavía recuerdan, con enorme cariño, el denominado "pito del noroeste" que tanto sonaba para llamar al trabajo como para dar por finalizada a la agotadora jornada diaria.
Supo albergar varios clubes aunque, hoy, dos son los que le dan linaje deportivo al sector: Velocidad y Resistencia (en Rondeau y Avellaneda); y El Danubio (en Don Bosco y Roca).

Cuenta la historia

El conventillo, como hábito de hacinamiento, no fue un fenómeno exclusivamente de La Boca, en la Capital Federal. Porque acá, en nuestra ciudad, también los hubo. Por caso en Líbano 244 tuvo sus días grises el inquilinato denominado "14 Provincias".
Es que, desde fines del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX, el ferrocarril generó muchos puestos de trabajo y así llegaron familias desde los 4 cardinales del país y mucho europeo inmigrante. Esa, y no otra, fue la razón por la cual aparecieron estas casonas que fueron levantadas con materiales de la más bajísima calidad y que generaron el consiguiente hacinamiento de quienes no podían darse el lujo, siquiera, de alquilar una vivienda humilde.
Habitaciones en hilera, de escasa o nula ventilación, alojaron a familias de seis o más integrantes. La cocina, el baño (letrina) y el comedor eran compartidos. Y hasta hubo hombres solos que recalaban en estos lugares porque, la escasa paga, no les permitía aspirar a más.
El moblaje era muy humilde: apenas unas desvencijadas sillas, destartaladas mesas y precarias camas turcas desparramadas entre paredes húmedas, descascaradas y hasta cubiertas de moho, parásitos y otras inmundicias, componían la patética escenografía.
Lo cierto es que, el centenario conventillo, supo tener tantos dueños como leyendas urbanas de asesinatos que, tal vez, nunca se cometieron pero que corrieron de boca en boca a través de las comadres del barrio.
La imagen que ilustra este comentario es de mediados de este mes de mayo.

En entradas anteriores historias y planos de:
Villa Mitre - Tiro Federal - Bella Vista - Rivadavia - Pedro Pico - Pacífico - La Falda - Almafuerte

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