El Toque Guardiola

EDITORIAL: UN ESPACIO PARA LA REFLEXIÓN

POBRES… NO LES SALE UNA…

Aquel “vamos por todo”, que disparó Cristina tiempo atrás en la ciudad de Rosario, en ocasión de homenajear a la bandera nacional, resultó todo un catecismo de lo que haría de ahí en más el kirchnerismo.
Porque se largaron nomás a intentar colonizar todo lo que pudieron. Con garra, con onda, a puro corazón y con mucha mística. Sin embargo cada paso que dieron, para intentar convertir la república en una monarquía, los encontró tropezando y tropezando mal. Derraparon feo con la 125 y desataron la “guerra gaucha” en la que perdieron no pocos soldados.

Fracasaron en la intención de desguasar la empresa Fibertel (del grupo Clarín). No pudieron expropiar el predio de La Rural. Las cautelares frenaron estrepitosamente a la Ley de Medios que, al menos hasta ahora, duerme “el sueño de los justos”.
Por más que lo intentaron con ahinco no pudieron arruinar la imagen de Daniel Scioli a pesar de haberle plantado a Gabriel Mariotto, como vicegobernador comisario, y el ex motonauta --aunque ha bajado en la consideración popular-- sigue “vivito y coleando”.
Fracasaron también en el intento de destrozar al jefe porteño, Mauricio Macri; y no pudieron, ni ahí, triturar al gobernador cordobés, José Manuel de la Sota. Y también fueron inútiles todos los intentos por esmerilar al socialismo santafecino.
Fueron contra la iglesia y les encajaron un Papa por la cabeza. Le dispararon con munición gruesa a las consultoras económicas que difundían los verdaderos índices de inflación del país. Más aún: las denostaron, las bardearon, las verduguearon, las multaron… pero la justicia puso las cosas en su lugar. 

De resultas las multas que les propinó Guillermo Moreno, el polémico secretario de Comercio Interior, no corrieron, la justicia las denegó y Guillermito se las tuvo que meter en donde la espalda pierde el nombre.

El pecado que habían cometido estas consultoras fue poner de relieve que, la inflación del país, no es del 8% anual… si no del 25%.
Peor aún: querían un tope del 17% para las paritarias y casi todos los gremios arreglaron por el 24% y, alguno, hasta llegó al 30%. 
Tampoco les fue bien con el dólar. Le pusieron un ridículo cepo que terminó disparándoles estrepitosamente el denominado “blue” (al que, en el barrio, le decíamos “negro”). Quisieron congelar los precios y entonces hubo un amago de desabastecimiento (que es lo que, históricamente le ha ocurrido, a todo gobierno populista que intentó mandar los precios al freezer).  

Se ve que nadie aprende por experiencia ajena. Y "contra llovido... mojado": la semana pasada una formación del Sarmiento descarriló en la estación Castelar dejando 3 muertos y más de 300 heridos. Parece que no bastó la tragedia de Once para que el gobierno "nacional, progresista y popular" entienda que hay que hablar menos por la cadena nacional... y hacer más.

Y tal vez el mayor tropezón (que esta vez sí fue caída) lo tuvieron con la justicia. Es que la jueza con competencia electoral, Servini de Cubría, no los "cubrió" y declaró inconstitucional algunos artículos de las polémicas leyes de "demokratización". Ya los analistas jurídicos habían aventurado que naufragarían cuando llegaran a la Corte Suprema denunciadas por inconstitucionales. 

 

Y ayer, martes 18, el máximo tribunal de justicia de la Nación hizo caer algunos de los artículos como si fueran las torres gemelas de Nueva York.

Para rematar esta reflexión: queda claro que los K, por ahora, no podrán intervenir al Grupo Clarín; Jorge Lanata (conductor del programa de la tele “Periodismo Para Todos”) seguirá con sus emisiones de los domingos a las 22 por más que le “tiren” encima el partido del domingo de “Fútbol para todos”. Y las encuestas no oficiales siguen mostrando un declive, “cuesta abajo en la rodada”, de la imagen de Cristina en un año para colmo eleccionario.
Cáspita, recórcholis, carajo… pareciera que éste no es el año de los K y el sueño de una “Kristina eterna”, al menos por ahora, se está transformando en una pesadilla con un final no deseado.