LA DESUNIÓN NACIONAL… Y LOS CAMPANELLI
Desde los mismos albores de nuestra historia política, los argentinos nunca hemos podido superar el estigma que pareciera estar en nuestro ADN nacional y me refiero a la confrontación. Y basta repasar algunos momentos de la historia para demostrar lo señalado.
Los seguidores de Cornelio Saavedra y los de Mariano Moreno --lisa y llanamente-- se odiaban y, si éste no murió como lo cuenta la historia edulcorada que supimos conseguir, hasta es muy probable que haya sido el primer muerto político de nuestra historia. Ni que hablar de unitarios y federales cuyas disputas tiñeron de sangre la geografía del país.
Los seguidores de Cornelio Saavedra y los de Mariano Moreno --lisa y llanamente-- se odiaban y, si éste no murió como lo cuenta la historia edulcorada que supimos conseguir, hasta es muy probable que haya sido el primer muerto político de nuestra historia. Ni que hablar de unitarios y federales cuyas disputas tiñeron de sangre la geografía del país.
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| La mesa de los Camparelli |
Vale recordar, también, que en las primeras décadas del siglo pasado, los conservadores y los radicales hicieron de la crispación todo un culto. Yo diría que, casi, hasta un catecismo.
Y cuando los "conserva" se mandaron a guardar aparecieron en escena los “peronchos” que hicieron mucho por la confrontación alumbrando a los gorilas. De hecho una frase de Juan Domingo Perón despejó toda duda porque, según el general, “para un peronista no había nada mejor que otro peronista”… y el resto que se la banque.
Para peor --y en los ’70-- aparecieron los jóvenes imberbes que quisieron hacer una Cuba del país y que enfrentaron desafiantes “al viejo” en la mismísima Plaza de Mayo…
Y en esta lista de enfrentamientos inútiles queda claro que no ayudó para nada la sucesión de golpes cívicos militares. Y recalco y resalto lo de cívicos para que nadie se haga el distraído.
Y cuando los "conserva" se mandaron a guardar aparecieron en escena los “peronchos” que hicieron mucho por la confrontación alumbrando a los gorilas. De hecho una frase de Juan Domingo Perón despejó toda duda porque, según el general, “para un peronista no había nada mejor que otro peronista”… y el resto que se la banque.
Para peor --y en los ’70-- aparecieron los jóvenes imberbes que quisieron hacer una Cuba del país y que enfrentaron desafiantes “al viejo” en la mismísima Plaza de Mayo…
Y en esta lista de enfrentamientos inútiles queda claro que no ayudó para nada la sucesión de golpes cívicos militares. Y recalco y resalto lo de cívicos para que nadie se haga el distraído.
Sin embargo también es justo reconocer a quienes alertaron cómo le iría al país con la crispación, el odio y las divisiones…
Por eso uno no puede olvidar a José Hernández y aquella sabia cuarteta del “Martín Fierro” que escribió en 1872: “Los hermanos sean unidos porque ésa es la ley primera… tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea… porque si entre ellos se pelean… los devoran los de afuera”.
Es que José Hernández había descubierto --hace nada menos que 140 años-- que nuestro país, lamentablemente, no podía escaparse del enfrentamiento como forma de vida. Y hasta Perón enmendó aquella frase sectaria de los '50 cuando, 20 años más tarde, señaló que "para un argentino no había nada mejor que otro argentino"… mucho más abarcativa y hasta inclusiva…
Y pareciera que, en estos 213 años de historia, todo ha servido para dividirnos y separarnos. No sé… Fangio y Gálvez… Ford y Chevrolet… o Boca y River por citar sólo algunas de las tonteras nacionales que sirvieron para estigmatizar al otro. Y estos tiempos que corren --claro-- tampoco ayudan. ¿Son los K o la nada? El 54 % de octubre del 2011, ¿les permite hacer lo que se les ocurra?.
Aplicando elementales reglas de la política, la respuesta es no. Porque, muchos de los que votaron a Cristina en las pasadas elecciones del 2011, simplemente optaron por el mal menor ya que, en frente, no había nada que despertara confianza. Y porque nadie quería volver al 2001. Y ya se sabe que es mejor malo conocido… que bueno por conocer.
Y no estaría mal que, de cara al futuro, todos recordemos a "Los Campanelli". Aquella familia televisiva que nos dijo una verdad grande como una casa: “No hay nada más lindo que la familia unida”.
Por eso uno no puede olvidar a José Hernández y aquella sabia cuarteta del “Martín Fierro” que escribió en 1872: “Los hermanos sean unidos porque ésa es la ley primera… tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea… porque si entre ellos se pelean… los devoran los de afuera”.
Es que José Hernández había descubierto --hace nada menos que 140 años-- que nuestro país, lamentablemente, no podía escaparse del enfrentamiento como forma de vida. Y hasta Perón enmendó aquella frase sectaria de los '50 cuando, 20 años más tarde, señaló que "para un argentino no había nada mejor que otro argentino"… mucho más abarcativa y hasta inclusiva…
Y pareciera que, en estos 213 años de historia, todo ha servido para dividirnos y separarnos. No sé… Fangio y Gálvez… Ford y Chevrolet… o Boca y River por citar sólo algunas de las tonteras nacionales que sirvieron para estigmatizar al otro. Y estos tiempos que corren --claro-- tampoco ayudan. ¿Son los K o la nada? El 54 % de octubre del 2011, ¿les permite hacer lo que se les ocurra?.
Aplicando elementales reglas de la política, la respuesta es no. Porque, muchos de los que votaron a Cristina en las pasadas elecciones del 2011, simplemente optaron por el mal menor ya que, en frente, no había nada que despertara confianza. Y porque nadie quería volver al 2001. Y ya se sabe que es mejor malo conocido… que bueno por conocer.
Y no estaría mal que, de cara al futuro, todos recordemos a "Los Campanelli". Aquella familia televisiva que nos dijo una verdad grande como una casa: “No hay nada más lindo que la familia unida”.




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