Recorriendo distintos portales de internet es posible encontrar interesantes mini documentales (videítos). Y los hay para todos los gustos: cómicos, bizarros o dramáticos entre otros géneros. Hoy te presento éste…
Hotel para sentirte preso
La prisión Karosta, ubicada en la ciudad de Liepajade (Letonia), fue usada como cárcel militar por los nazis y los soviéticos en el siglo XX. Cientos de prisioneros murieron allí, muchos de ellos fusilados de un disparo en la cabeza. Ahora la instalación de pesadilla ha sido transformada en un hotel temático donde los huéspedes pueden firmar un acuerdo para ser tratados como presos reales.
Karosta no es la única prisión convertida en hotel del mundo, pero se destaca por hacer que sus huéspedes vivan realmente lo que era estar preso en una cárcel de la era comunista.
Para asegurarse de que no va a haber ninguna queja, el hotel requiere que los huéspedes firmen un acuerdo reconociendo que van a ser tratados como prisioneros por el personal entrenado para tal fin. Ello incluye dormir en una celda sobre un colchón viejo tirado en el piso, comer lo que le sirven a través de los barrotes de la celda, ser insultados por los guardias y seguir las órdenes al pie de la letra. Si no cumplen con esto se les impone la pena de ejercicios físicos y limpiar la prisión.
La prisión Karosta, ubicada en la ciudad de Liepajade (Letonia), fue usada como cárcel militar por los nazis y los soviéticos en el siglo XX. Cientos de prisioneros murieron allí, muchos de ellos fusilados de un disparo en la cabeza. Ahora la instalación de pesadilla ha sido transformada en un hotel temático donde los huéspedes pueden firmar un acuerdo para ser tratados como presos reales.
Karosta no es la única prisión convertida en hotel del mundo, pero se destaca por hacer que sus huéspedes vivan realmente lo que era estar preso en una cárcel de la era comunista.
Para asegurarse de que no va a haber ninguna queja, el hotel requiere que los huéspedes firmen un acuerdo reconociendo que van a ser tratados como prisioneros por el personal entrenado para tal fin. Ello incluye dormir en una celda sobre un colchón viejo tirado en el piso, comer lo que le sirven a través de los barrotes de la celda, ser insultados por los guardias y seguir las órdenes al pie de la letra. Si no cumplen con esto se les impone la pena de ejercicios físicos y limpiar la prisión.
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