A GM LE DICEN MATÓN DE CUARTA
La referencia GM no alude a la sigla de “General Motors” si no al inefable secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
En el ambiente empresario y off the record --por supuesto-- le dicen matón, pendenciero, patotero, bravucón, fanfarrón y camorrero. Y de cuarta, porque la primera le queda grande.
Sus bufonadas forman parte de lo peor del "folklore K”, se ha transformado en el personaje más deleznable del gobierno y no se cansa de cosechar fracasos. Por caso el control de precios.
Por caso el cepo cambiario. Bien se lo podría definir como una versión poco feliz de “El Padrino” (don Corleone) y hasta como un Bonaparte “chapita”. Pero el hombre es persistente, quiere ganarse a la presi, la versea y la tiene convencida que existe algún tipo de conspiración contra su gobierno.
Tiene su propio ejército --cuyo mariscal de campo es el “Acero” Cali-- y cuando quiere ser más sutil desplaza a las “brigadas ligeras” del AFIP. El tipo, como se ve, no se anda con chiquitas.
Tiene su propio ejército --cuyo mariscal de campo es el “Acero” Cali-- y cuando quiere ser más sutil desplaza a las “brigadas ligeras” del AFIP. El tipo, como se ve, no se anda con chiquitas.
Pero algo está pasando porque Guillermito no emboca una. Veamos: se le disparan los precios de los alimentos, en el país del trigo no hay harina y el pan sube y sube como la espumita. También trepan los electrodomésticos y no hay cepo que valga para los alquileres que siguen trepando. "La paciencia tiene sus límites; llévela Ud. demasiado lejos y encontrará reacciones". La frase pertenece al escritor inglés Holbrook Jackson… pero Moreno no lee autores británicos. Bueno, en realidad no lee nada.
Lo cierto es que, una biografía no autorizada de este “personajón”, diría que es un guapo de cartón y muchos lo recuerdan como “cebador oficial de mate” en los despachos del "viejo" Vicente Leonidas Saadi. Peronista de prístina cepa, nadie puede dudar de su lealtad. El hombre --dicen-- es de ésos que lo acompañan a uno más allá de la puerta del cementerio, llegando incluso hasta la fosa. Cadete “deluxe”, otrora se envalentonaba por ser portador de termos y paquetes de yerba. Pero Néstor Kirchner lo “descubrió” y lo lanzó al estrellato. Es decir: lo acomodó en su séquito. Y, con algunas “jinetas” encima, Guillermo cambió el equipo matero por los fierros y las frases hirientes para con los empresarios timoratos de nuestro país y para con las mujeres a las que ha convertido en su blanco predilecto.
Claro… son el sexo débil. En esa geografía insultó a una periodista de “Clarín”, el pasado 4 de julio, en ocasión de un ágape en la embajada de los EE UU en nuestro país celebrando el día de la independencia. “Tienen las manos manchadas de sangre”, le descerrajó.
Se dice que el matón es la medida del cobarde. Y no son pocos los que, en este tiempo de esplendor del secretario de Comercio Interior, no han “defendido los trapos” como corresponde. Otros, en cambio, se le plantaron de manos. Por caso, en el 2008, cuando “Chicho” Forte (del sector agrario y hoy legislador por La Pampa) lo invitó a salir a la calle. Y Guillermito arrugó como “bandoneón arrabalero”.
A esta altura queda claro que, a “William” Moreno le conviene que Cristina dure muchos años porque se dedicó a sumar enemigos que lo están esperando en el “llano”. Para terminar: GM es un “cambalache” que ni Discépolo hubiera imaginado para su legendario tango. O sea.
Se dice que el matón es la medida del cobarde. Y no son pocos los que, en este tiempo de esplendor del secretario de Comercio Interior, no han “defendido los trapos” como corresponde. Otros, en cambio, se le plantaron de manos. Por caso, en el 2008, cuando “Chicho” Forte (del sector agrario y hoy legislador por La Pampa) lo invitó a salir a la calle. Y Guillermito arrugó como “bandoneón arrabalero”.
A esta altura queda claro que, a “William” Moreno le conviene que Cristina dure muchos años porque se dedicó a sumar enemigos que lo están esperando en el “llano”. Para terminar: GM es un “cambalache” que ni Discépolo hubiera imaginado para su legendario tango. O sea.




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