DE ACTORES DE REPARTO… AL ESTRELLATO
Finalizados los fuegos de artificio y el folklore --de chicanas y enredos-- que genera toda elección (incluyendo las PASO del domingo pasado), vamos a poner hoy la lupa sobre un fenómeno inédito en toda la historia política de nuestro país.
Desde la organización nacional siempre hubo un presidente (en el rol del rey) y “príncipes valientes” (gobernadores) que ejercieron el poder con mano dura en cada una de sus provincias. En este esquema, que duró más de un siglo, los intendentes no eran más que “peones de ajedrez” que lograban para su distrito, más o menos ventajas, en función de la obediencia y sumisión al mandamás provincial de turno.
Desde la organización nacional siempre hubo un presidente (en el rol del rey) y “príncipes valientes” (gobernadores) que ejercieron el poder con mano dura en cada una de sus provincias. En este esquema, que duró más de un siglo, los intendentes no eran más que “peones de ajedrez” que lograban para su distrito, más o menos ventajas, en función de la obediencia y sumisión al mandamás provincial de turno.
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Sergio Massa |
Claro que esto comenzó a cambiar, al menos en la provincia de Buenos Aires. Es que, ya desde principios de los ’70 --y teniendo en cuenta que los jefes comunales de los cordones que rodean a la Capital Federal gobiernan para casi el 30 % del padrón electoral nacional-- la cosa fue distinta soplando nuevos aires. Y de, “peones de ajedrez”, estos intendentes se transformaron en los temidos “barones del conurbano bonaerense” que edificaron su poder haciendo foco en el clientelismo, prebendas, mano dura y con el viento de cola que implica poder ser reelectos hasta que las velas ardan. En ese sentido el legendario Manuel Quindimil fue por años --en Lanús-- un ícono de este cambio político.
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Darío Giustozzi |
A partir de entonces los gobernadores no tuvieron otra que transar con los 25 o 30 intendentes de esos distritos más poblados de la provincia.
Sin embargo, y a partir del 25 de mayo del 2003 cuando asumió EL, apareció una nueva relación de fuerzas. Es que Kirchner no quería ser prisionero de la denominada “liga de gobernadores peronistas” que torpedearon --sin ponerse colorados-- al gobierno de Fernando de la Rúa.
Sin embargo, y a partir del 25 de mayo del 2003 cuando asumió EL, apareció una nueva relación de fuerzas. Es que Kirchner no quería ser prisionero de la denominada “liga de gobernadores peronistas” que torpedearon --sin ponerse colorados-- al gobierno de Fernando de la Rúa.
Así fue como, desde entonces, los jefes comunales no tuvieron que ir en “procesión” a La Plata para mendigar obras y “money”… si no que, el nuevo destino, fue el Ministerio de Planificación a cuyo frente se entronizaba Julio de Vido.
De ahí que, ya sin súbditos que le reportaran, queda claro que el gobernador bonaerense, pasara a ser la “figurita decorativa” de la nueva torta política. La ecuación de la Rosada fue obvia y básica de manual: “manejando las intendencias… los gobernadores no joden”. Pero, al menos en esta reciente elección, al gobierno le salió “el tiro por la culata”.
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Jesús Cariglino |
Es que habiendo tomado conciencia de la contribución que aportaron a las victorias kirchneristas del 2003, del 2005, del 2007 y del 2011 (no en la del 2009 en la que aparecieron no pocos “traidores”) algunos intendentes del conurbano bonaerense comenzaron a independizarse del modelo y a construir un proyecto propio que incluye el 2015.
Es que tomar conciencia, del poder que detentaban, fue el motor que los impulsó no sólo a independizarse de la nación y de la provincia… si no también a desafiarlas. El resultado de los comicios del pasado domingo transformó así la imagen de esta veintena de jefes comunales que, de desprestigiados “barones”, pasaron a constituirse en las estrellas centrales de la nueva etapa que se viene.
Es que tomar conciencia, del poder que detentaban, fue el motor que los impulsó no sólo a independizarse de la nación y de la provincia… si no también a desafiarlas. El resultado de los comicios del pasado domingo transformó así la imagen de esta veintena de jefes comunales que, de desprestigiados “barones”, pasaron a constituirse en las estrellas centrales de la nueva etapa que se viene.
Así es como deben verse --de cara al futuro-- a figuras como Sergio Massa (Tigre), Darío Giustozzi (Almirante Brown) o Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), por citar sólo algunos de los arquitectos de esta nueva estructura política en la provincia.
Queda claro que, ante el modelo centralizador y asfixiante del kirchnerismo, todos ellos diseñaron una confederación de gestores jóvenes con una concepción distinta de la política tradicional. El tiempo dirá si tienen suerte en la patriada… y si los nuevos aires oxigenarán a una república que, ya desde hace tiempo, no da pie con bola…
Queda claro que, ante el modelo centralizador y asfixiante del kirchnerismo, todos ellos diseñaron una confederación de gestores jóvenes con una concepción distinta de la política tradicional. El tiempo dirá si tienen suerte en la patriada… y si los nuevos aires oxigenarán a una república que, ya desde hace tiempo, no da pie con bola…
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