PREOCUPACIÓN K: FRENAR LA FUGA DE DÓLARES Y DE PERONISTAS
Lavarle la cara a su gabinete y maquillarlo con tonos más suaves y armoniosos no sólo fue consecuencia de la estrepitosa derrota del 27.10, aunque la hayan celebrado como si hubieran ganado. Bueno… es un decir porque las caras de “los triunfadores” mostraba otra cosa.
En realidad el sopapo en la cara de los pasados comicios la hizo caer a Cristina en la sospecha que algo no funcionaba bien. Claro que, soberbia y terca como es, lo que se ve hasta ahora es un cambio de medios… pero no de fines ya que, en su primera aparición en público tras la convalecencia, insistió en que “seguiremos profundizando el modelo”.
En realidad el sopapo en la cara de los pasados comicios la hizo caer a Cristina en la sospecha que algo no funcionaba bien. Claro que, soberbia y terca como es, lo que se ve hasta ahora es un cambio de medios… pero no de fines ya que, en su primera aparición en público tras la convalecencia, insistió en que “seguiremos profundizando el modelo”.
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| Caperucita roja |
Y pareciera que, para la presi, el objetivo sigue siendo retener el poder como sea. De ser así lo que buena parte de la sociedad se pregunta es si, a pesar de los cambios ministeriales, CFK está a tiempo de alcanzar “sus” metas (que no comparten 7 de cada 10 argentinos) o si ya será tiempo de que cambie los rumbos.
Por estos tiempos el primer problema que aparece en el firmamento K es la fuga de peronistas hacia el disenso o, directamente, a sumarse al “enemigo”.
El ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, le sugería acordar no sólo con Scioli si no con todos los gobernadores necesitados de “la billetera” estatal. Por el contrario el secretario Legal de la presidencia, Carlos Zanini, y su hijo Máximo son partidarios de recomponer la tropa K con los leales, dispararles munición gruesa a los enemigos y hervir en aceite caliente a los tibios.
Por estos tiempos el primer problema que aparece en el firmamento K es la fuga de peronistas hacia el disenso o, directamente, a sumarse al “enemigo”.
El ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, le sugería acordar no sólo con Scioli si no con todos los gobernadores necesitados de “la billetera” estatal. Por el contrario el secretario Legal de la presidencia, Carlos Zanini, y su hijo Máximo son partidarios de recomponer la tropa K con los leales, dispararles munición gruesa a los enemigos y hervir en aceite caliente a los tibios.
Los próximos días, y las eventuales apariciones mediáticas de la presi, nos darán una pista de los pasos presidenciales intentando que “los PJ” no hagan rancho aparte y la dejen más sola que “Judas el día del amigo”.
El otro problema que aqueja por estos tiempos al modelo “nacional, progresista y popular” tiene que ver con la fuga de dólares. Esos “malditos billetes verdes” que desvelan a la administración kirchnerista.
A esta altura CFK no confía ni en la receta de tomar créditos internacionales que trataron de venderle Amado Boudou y Hernán Lorenzino… ni en la de reducir la emisión monetaria y tratar de contener la inflación que ya no puede ser ni ocultada ni disfrazada.
Y lo más probable es que, en este sentido, Cristina haga la plancha mientras elucubra algún pase de magia que contenga la sangría económica, el desgaste financiero y que la “gangrena del final” se la banque quien asuma en el 2015.
A esta altura CFK no confía ni en la receta de tomar créditos internacionales que trataron de venderle Amado Boudou y Hernán Lorenzino… ni en la de reducir la emisión monetaria y tratar de contener la inflación que ya no puede ser ni ocultada ni disfrazada.
Y lo más probable es que, en este sentido, Cristina haga la plancha mientras elucubra algún pase de magia que contenga la sangría económica, el desgaste financiero y que la “gangrena del final” se la banque quien asuma en el 2015.
Y si bien retener dólares para que no se escapen y peronistas para que no vayan a engordar a la “opo” van de la mano… habrá que decir que también son metas que se contraponen. Porque para ahorrar dólares habrá que ajustar gastos. Ni más ni menos que lo contrario de lo que requiere seducir peronistas.
Esos que siguen pensando en una “Argentina justa, libre y soberana”. Así las cosas Cristina se deberá disfrazar de “Caperucita Roja”, o de “Alicia en el país de las Maravillas” si lo que pretende es demostrar que, con los nuevos nombres en el gabinete, algo ha cambiado en la Argentina y que, el cambio es para mejor.
Y lo peor para ella es que ya no puede volver el tiempo atrás. Porque aquel glamoroso 54 % del 2011 no se volverá a repetir. En definitiva los cuentos son cuentos… y la realidad es la realidad. Cristina, con todo respeto se lo digo: “nunca es triste la verdad… lo que no tiene es remedio”.




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