miércoles, 26 de marzo de 2014

EDITORIAL

LA PROVINCIA, COMO BOCA, ES UN CABARET

Daniel Scioli, en los ’90 y de la mano de Carlos Ménem, saltó del deporte a la política cultivando un espíritu componedor y “pasteurizado” que lo ayudó a escalar en la tabla de posiciones.
Así pasó por la Secretaría de Turismo de la Nación (sin hacer sombra) y desempeñó algún que otro cargo hasta que, la ruleta de la política, le cantó un “pleno”.
Fue cuando Néstor Kirchner lo eligió para integrar la fórmula presidencial del 2003. Desde ese rol, obviamente, no escapó al estigma de los vices de nuestro país que pasan por la historia sin hacer sombra, lavados e insulsos.

Los hacedores de Scioli
Para colmo Néstor “le cercó la ciudadela” y poco se pudo destacar como cabeza del senado de la Nación. Al respecto, y todavía hoy, se recuerda “la filípica” que le propinó CFK --por entonces senadora nacional-- durante una de las sesiones de la cámara alta.
Cuatro año más tarde, en el 2007, Danielito se había preparado para presentarse como candidato a la jefatura de gobierno porteño. 
Pero los K, con Cristina como candidata a la presidencia, necesitaban un gobernador bonaerense maleable --tipo plastilina-- y pensaron en él. No se equivocaron porque el “matrimonio presidencial” (se habló en su tiempo del “doble comando”) manejó a “piacere” el territorio bonaerense del que se adueñaron como si fuera una sucursal de la Casa Rosada.

Soñando con la banda
Eran épocas de bonanza económica y Danielito recibía el “maná” de muy abundantes fondos públicos que le permitieron un plácido ejercicio en la poltrona de mandatario provincial.
Eso, y no otra cosa, fue lo que le permitió ser reelecto en el 2011. Pero los tiempos de presupuestos suculentos se habían acabado. Y el gobierno “nacional, progresista y popular” dio muestras de comenzar a deshilacharse.
Lo cierto es que, con arcas “flacas y anémicas”, Scioli “quedó colgado de la brocha”. Como el pintor. 
Para colmo, a mediados del año pasado, tuvo la mala idea de expresar sus intenciones de candidatearse para el 2015. ¡ Mamadera !! Las espadas cristinistas se hicieron un festín con él y, menos bonito, le dijeron de todo. Y, aunque nadie lo quiera aceptar en público, la sucesión… ya comenzó. Por eso el gobierno y la legislatura provincial son hoy lo más parecido a “una bolsa de gatos”

Apostando todo al 2015
Porque hay cristinistas puros, peronistas no K y massistas que, como en el “don Pirulero”, hacen su juego, se sacan chispas y las zancadillas y mojadas de oreja están a la orden del día. 
Para colmo los docentes bonaerenses --con su huelga-- "desinflaron" el aire de componedor y dialoguista con que, el marcketing político, lo había vendido a la sociedad.
Queda claro que los que pierden, en esta feria de vanidades y de poder, son los sufridos bonaerenses. Picos nunca vistos de inseguridad; la droga que deambula por ahí como “Pancho por su casa”; los hospitales desvencijados y venidos a menos; y la educación paupérrima. Todo está por el suelo “como chupete de mellizo”.  

Agujeros como el queso gruyere
Y se puede seguir enumerando dislates. Por caso alguna empresa provincial --como ABSA-- que es lo más parecido a un “queso gruyere”. Claro que, por sus agujeros, se escapa el agua (que por estos pagos bahienses no abunda) y los nauseabundos líquidos de las desvencijadas cloacas.
Eso sí: Danielito no perdió sus esperanzas y los utilitarios naranja --con la inscripción “Scioli 2015”-- recorren las deterioradas rutas bonaerenses. Porque también para él… la esperanza es lo último que debe perderse.

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