miércoles, 9 de julio de 2014

EDITORIAL

¿Y SI APOSTÁRAMOS AL CAMBIO?

Desde hace añares una buena parte de los argentinos (¿será la mayoría?) estamos cansados de todo. 
De los políticos, de la corrupción, de la inseguridad, de la justicia, de la inflación y de una lista que sería larga para enumerar.
Por eso imaginemos que una mañana, y por algún milagro que nunca nadie sabrá explicar, los 40 millones de argentinos amanecemos transformados. Queda claro que, de arranque, no nos daríamos cuenta del cambio. Sin embargo, y con el correr de las horas, advertiríamos que algo sucedió.

Basta de afanar
Los autos frenan en las esquinas dejando que pasen primero los peatones. Los ladrones, luego de llevar sus hijos al colegio, se ponen a leer los clasificados del diario en busca de trabajo. 
En las calles nadie tira un papel al suelo. Caramba… los empresarios y comerciantes deciden que, los precios, no debieran subir como la espumita. Los maestros van a trabajar y no hacen paros. 
En los  juzgados comienzan a darle bola a las leyes y las aplican. En los hospitales no faltan medicamentos. Y hasta se acaban los sobornos y las apretadas.
Y lo narrado --que hoy parece una película de ciencia ficción-- sería algo así como un contrato que suscribimos todos los ciudadanos que habitamos en este país sin pedirle nada al gobierno de turno.

Basta de corrupción
Me pregunto qué sucedería si, de la noche a la mañana, todos los argentinos apostáramos a ese cambio. 
Apostamos a vivir, nuestra corta vida, de una manera más feliz y tranquila.
Y ese utópico día bien podría ser el del nacimiento de una nueva Argentina.
Tal vez hasta decidiríamos, enfervorizados, involucrarnos en la política para así poder ahuyentar a la peor gente que se ha desempeñado, durante años, en los cargos oficiales. De ser así, y ya para las próximas elecciones, los argentinos tendríamos un menú de gente honesta y competente que serían los que conducirían ese nuevo país.

No llores por mí Argentina
Me pregunto si eso ocurriera de la noche a la mañana, ¿qué haríamos los argentinos con tanta energía que hoy desperdiciamos peleándonos entre nosotros y con el resto del mundo?.
Y claro que me encantaría que ese utópico sueño se pudiera cumplir. 
Para que todos estemos más tranquilos, para ser más felices, para ser respetados y respetar.
¿Cómo hacemos? ¿Por dónde comenzamos para lograr ese objetivo? ¿Quién da el primer paso? ¿Será posible que la Patria deje de llorar? ¿Estaremos dispuestos a ese cambio? Yo me anoto...

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