miércoles, 1 de octubre de 2014

EDITORIAL

¿Y SI APRENDIÉRAMOS A VOTAR?

Faltan 15 meses. Pero el tiempo pasa volando. Y, cuando querramos darnos cuenta, ya tendremos encima las elecciones presidenciales del 2015.
Y sobre esto deberían estar reflexionando no sólo los ciudadanos, si no también los políticos.
Una dirigencia política que, hasta ahora, sugiere poco y ciudadanos que les achaca ser responsable de la fatiga y el desánimo por sentirse tan maltratados en nuestro país.

Año electoral
Ciudadanos que viven preocupados por el futuro de hijos y nietos porque --precisamente-- ya han visto muchísimas veces  “la película del fracaso argentino”.
La realidad, hoy, nos muestra a una presidenta que se desvive por ser la comentarista de la realidad K. 
Que no es la realidad cotidiana del país en el que vivimos. Una presidenta que debería dejar de lado tanta soberbia y tomar conciencia que --desde hace 11 años-- su fuerza política gobierna un país en el que los trabajadores pagan impuestos muy elevados al salario. 

Habrá que pensar el voto
Sin embargo, la renta financiera permanece inmune a esos gravámenes. ¿Cómo entender esto en un gobierno “nacional, progresista y popular”?
Salvo que, la orientación política de los K, tenga un “progresismo a la carta”, bien vernáculo y mentiroso.
Y sería importante que, a esta altura y con el rumbo errático que ha tomado el país en los últimos tiempos, CFK escuchara las voces que existen por afuera de su “círculo cerrado” y dejara de imaginar presuntas conspiraciones.

¿Basta de obediencia debida?
Pero también es hora que el ciudadano común, el de a pie, tome nota que en el 2015 se vota. 
Y que será hora de pensar muy bien el sufragio si, lo que deseamos, es generar una bisagra.
Por eso habrá que mirar muy bien no sólo a quién elegimos a la presidencia… si no también a los que integren las listas de legisladores. 
Un resguardo que deberemos tomar si es que queremos cerrarles las puertas a los improvisados “saltimbanquis” y demás dirigentes “dudosos”.

Chau saltimbanqui
En ese sentido, y llegado el momento, deberíamos repasar --por ejemplo-- los nombres de los 145 legisladores que votaron la expropiación de Ciccone a mano alzada y que encubrieron --así-- el escándalo de Boudou.
O a los que se "hicieron los distraídos" en la tragedia de la Estación de Once.
O a los que sostienen "jueces a la carta" del tipo Oyarbide.
O a todos los funcionarios que tienen causas con la justicia. No vaya a ser que se "cuelen" en alguna lista.
Si los tenemos presentes… es posible que les podamos dar el escarmiento que se merecen donde más les duele: en las urnas.
Porque --sepámoslo-- hay muchos dirigentes decentes que esperan honrar la política. 
Gente… es hora de aprender a votar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario