EDITORIAL

LA JUSTICIA: EL ÚLTIMO BOTÍN DE LOS K

A veces el gobierno “nacional, progresista y popular” sigue sorprendiéndonos. Porque no tiene ningún apuro, ni urgencia, en resolver la inseguridad, la inflación o la corrupción. 

Sin embargo les “atacó” un apuro desesperado en la designación --arbitraria-- de un batallón de fiscales militantes que trabajarán para un Código que entrará en vigencia recién en el 2016. Cuando ellos ya no sean gobierno.

Alejandra Gils Carbó

Veamos: a fin de año, entre gallos y medianoche, la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, designó --“de un plumazo”-- 16 fiscales federales. Con el Parlamento ya de receso la medida era “pan comido”.

Sin embargo, y al toque, un fallo del juez en lo Contencioso Administrativo Federal, el Dr. Enrique Lavié Pico, frenó el desembarco.

Sin duda una mala noticia para el kirchnerismo más rabioso y una buena noticia para esa pobre señora llamada Justicia.

Juez Enrique Lavié Pico

Y habrá que suponer que, el apuro de Gils Carbó, es el apuro de CFK. 

Porque la justicia acelera los tiempos con los casos de corrupción y se puede venir “la noche”.

Algunos de esos casos desvelan a Cristina porque rozan a su hijo Máximo. 

Es que la corrupción ya es un problema endémico en el kirchnerismo.

De ahí la reforma del Código Procesal que encubría una trampita en uno de sus anexos: nombrar nuevos fiscales y cubrir --a la vez-- las fiscalías vacantes con "tordos" amigos y montar una parodia de jurados y concursos para legalizarlos. 

A esconder todo debajo

Así de simple. Así de clarito. 

Para más datos: el casting de los 16 fiscales que, de apuro, nombró Gils Carbó fueron supervisados por Carlos Zannini, un incondicional de “la presi” y algo así como su “monje gris”.

Y como el nuevo Código Procesal “venía de nalgas” --por la resistencia de la justicia-- el relato a que nos tienen acostumbrados los K comenzó a “vender” que había una resistencia corporativa de los jueces que no quieren perder el poder que les recortará la nueva norma.

Pero, la verdad del apuro, es que a 11 meses de dejar el gobierno, el kirchnerismo trata --con ésta y otras medidas que tomará-- esconder bajo la alfombra… lo que ya está encima de ella.