En su momento causaron conmoción. Alegres algunos. Patéticos otros. Pero todos con una carga emotiva que nos sensibilizaron. Este que podés escuchar desde el reproductor sucedió el 6 de agosto de 1945 y pasó a la historia como...
EL DÍA QUE UNA BOMBA ATÓMICA ARRASÓ HIROSHIMA
Ese día la isla, situada en Honshu (Japón), sufrió una devastación desconocida haste ese momento tras el ataque nuclear.
Cerca de las 7 de la mañana los japoneses detectaron la presencia de no pocas aeronaves estadunidenses dirigiéndose al sur del archipiélago.
Una hora más tarde los radares de Hiroshima revelaron la cercanía de tres aviones enemigos. Pero las autoridades militares se tranquilizaron: tan pocos aviones no podían llevar a cabo un ataque aéreo masivo.
Como medida precautoria las alarmas y las radios de la isla emitieron una señal de alerta para que la población se dirigiera a los refugios antiaéreos.
Lo cierto es que a las 8:15 horas el bombardero B-29, “Enola Gay” (al mando del piloto Paul W. Tibblets), lanzó sobre Hiroshima la "little boy", nombre en clave de la bomba de uranio.
Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. En minutos, una columna de humo color gris-morado --con un corazón de fuego (a una temperatura aproximada de 4.000º grados-- se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura.
Pocas horas después el alto mando japonés envió una misión de reconocimiento para informar sobre lo acontecido y, los tripulantes, no pudieron creer lo que veían: de Hiroshima sólo quedaba una enorme cicatriz en la tierra rodeada de fuego y humo.
De los 400.000 habitantes murieron 260.000 y, alrededor de 160.000, resultaron heridos o desaparecidos.
Con los años otros habitantes de Hiroshima murieron a causa de la radiactividad.

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