Trascendieron su tiempo. Amaron y fueron amadas. También deseadas y admiradas. Tuvieron vidas alucinantes, sus romances dieron que hablar y, algunas de ellas, murieron de manera trágica.
Perduran, aún hoy en la memoria colectiva y esta sección es, si se quiere, una manera de recordarlas y homenajearlas. En la actualización de esta semana levantamos al telón para presentar a...
BLANQUITA AMARO
Nació en San Antonio de los Baños (Cuba) el 30 de junio de 1923 y fue una singular actriz, cantante y bailarina. Ya de muy joven la atrajo la música y el baile a los que le aportó su pícara sonrisa y su esbelta figura.
Su debut artístico fue en una pequeña carpa-teatro con un musical. Y, ya a los 9 años, ganó el primer premio en un concurso de canto en el Teatro Payret de La Habana.
Casi inmediatamente comenzó a presentarse en night-clubs pese a la oposición de sus padres.
En 1938 llegó al cine con la película "Estampas habaneras". La simpatía que irradiaba, y el electrizante movimiento que le imprimía a su ágil cuerpo, la llevaron a compartir varias temporadas con las principales vedettes de su país entre las que se destacó.
Su carrera artística continuó en Méjico donde fue bautizada como "La reina del mambo".
En 1947 se afincó en nuestro país donde, muy pronto, ganó enorme popularidad.
Luego de una exitosa temporada que compartió con Tita Merello, Pedro Quartucci y Alberto Castillo --en la comedia musical "Malena luce sus pistolas", en el teatro Casino-- continuó su carrera en los principales escenarios porteños junto a las más populares figuras del momento.
En 1948 debutó en el cine nacional acompañando a Los Cinco Grandes del Buen Humor en la película "Cuidado con las imitaciones".
Durante esos años filmó no pocas películas con los grandes actores de la época como Tito Lusiardo, Luis Sandrini, Juan Carlos Thorry, Adolfo Stray, Alberto Closas o Juan Carlos Thorry por citar sólo algunos.
Tras un breve paso por Cuba, donde la sorprendió la revolución de Fidel Castro, se radicó en Panamá logrando picos inusitados de raiting en la tele con un programa denominado "El show de Blanquita Amaro".
Tras algunos años en ese país, en 1968 se radicó en Miami (EE UU).
Blanquita estuvo casada con el empresario Orlando Villegas que también fue su director, representante y padre de su hija Idania.
La entrañable cubana falleció el 15 de marzo del 2007 en La Florida (EE UU).
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