miércoles, 30 de noviembre de 2016

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

MICROCENTRO: “COOL” POR DONDE SE LA MIRE 
Esta casa, que encontramos en calle Mitre 183, mantiene y conserva la esencia misma con la que fue concebida en su momento. 
Y hasta es probable que, esa distinción que señalamos, la haya salvado de la piqueta. 


Presenta un acceso por el garaje, a modo de “cul de sac”, que seguramente desemboca en un hall de recepción con una escalera escultórica que une las dos plantas de la vivienda. 
Su aire señorial hace suponer que, en sus orígenes, perteneció a una familia de clase media/alta bahiense y nada hace pensar que esta situación haya cambiado en la actualidad.  
La casa, de definidas líneas francesas, hace recordar --si se quiere verlo así-- a un petit hotel parisino. 
Y habrá que decir que, su distribución interior, fue muy común para la elite bahiense de principios del siglo pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario