miércoles, 9 de noviembre de 2016

LOS SONIDOS DE LA HISTORIA

En su momento causaron conmoción. Alegres algunos. Patéticos otros. Pero todos con una carga emotiva que nos sensibilizaron. Este que podés escuchar desde el reproductor sucedió el 12 de noviembre de 1963 y pasó a la historia como... 

EL DÍA QUE MURIÓ JOSÉ MARÍA GATICA
Hoy vamos a recordar a un grande del boxeo nacional. Un grande que nunca fue campeón pero que sacó chapa de ídolo en legendarias noches del Luna Park de la Capital Federal.
La historia aún hoy entristece. 
La crónica policial de la época cuenta que faltaban 5 minutos para las 9 de la noche de ese día. Independiente iba gestando un título que lo depositaría, luego, en el destino de ser Rey de Copas. 


Era martes y, a esa hora de ese día, fallecía un hincha del rojo. Se apagaba la vida de un convocante de multitudes, de un generador de polémicas, de un boxeador destinado a ser la imagen del país que lo vio nacer allá por 1925 en Villa Mercedes, San Luis. 
Ese 12 de noviembre de 1963 --se están cumpliendo 53 años-- fallecía José María Gatica, el "Mono". Y así recogía la infausta noticia el informativo del mediodía de Radio Colonia en la voz de Ariel Delgado…


Gatica, como muchos de nuestros ídolos deportivos, murió muy joven. Murió sin un mango partido a la mitad, olvidado, despreciado y motivando la risa y la burla de los mismos que lo habían ovacionado. 
Con vaivenes dolorosos que fueron, desde el reconocimientos tardío, hasta las reverencias exageradas. Junto a Alfredo Prada fueron un Boca-River del boxeo y se enfrentaron en 6 ocasiones. Dos en el amateurismo y 4 como profesionales. 
Su confrontación internacional más recordada se  produjo en 1951, en el Madison Square Garden, frente a Ike Williams quien lo derrotó por nocaut en la primera vuelta. 
Lo cierto es que, la vida de José María Gatica, fue llevada a libros y al cine. Tuvo matices tan fuertes que todo pareció una novela que duró nada más que 38 años. 
Su velorio, en el estadio de la FAB (Federación Argentina de Box) y su sepelio en el cementerio de Avellaneda, fueron una  impresionante manifestación de dolor popular. Miles de hombres y mujeres llevaron el féretro a pulso, coreando la marcha peronista por las calles de Buenos Aires. 
Y, en ese instante, José María Gatica logró su mayor triunfo: ingresar al altar de la memoria popular argentina.

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