miércoles, 28 de diciembre de 2016

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

MICROCENTRO: UN LUJO PARA LA ÉPOCA...
Según no pocos urbanistas el “Edificio Cisneros” --que se levanta en la esquina de Zeballos y Portugal-- es uno de los primeros en propiedad horizontal construido en nuestra ciudad. Una muestra, dicen, del modernismo en arquitectura. Su construcción data de 1937 en un pequeño lote propiedad del vecino Carlos Cisneros.


Rastreando su historia se indica --en crónicas de la época-- que el diseño correspondió a Guillermo Martín (de la empresa Francisco Marseillán & Compañía) y fue levantado por la constructora M. Greco & Paghera.
Llama la atención el jardín que se muestra en la ochava y que fue resuelto respetando las líneas paisajísticas de la plazoleta Payró, ubicada en la vereda de enfrente. 
Para destacar sus detalles adicionales ya que, el edificio, cuenta con tres garajes independientes en planta baja, seis departamentos, ascensor, incinerador de residuos (hoy fuera de uso) y conexión de cable para las antenas de las radios de entonces. Es decir para las de onda larga como para las de onda corta.

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