miércoles, 14 de junio de 2017

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

MACROCENTRO: AFRANCESADA Y CHIC...
Recorriendo la ciudad, y admirando las viejas casonas de las primeras décadas del siglo pasado, uno se pregunta si hoy esos diseños serían posibles de llevar a cabo. 
Seguramente la respuesta sería afirmativa. Pero, ¿alguien realizaría una casa, de estilo, con los detalles y las terminaciones que en ese tiempo eran tradicionales? Difícilmente. Porque el costo de aquellos diseños, que hoy llaman la atención, no hay quien estaría dispuestos a erogarlos. 


Pero, además, porque no sería sencillo encontrar la mano de obra que concretara esos entrañables diseños. Y hasta es posible reflexionar acerca de cómo fue que esos maestros pudieron hacer tanto con tan poco. 
Hoy nos vamos a ocupar de la casa que se levanta en la calle Blandengues 17. Queda de manifiesta que fue realizada para una familia de clase media de las décadas del ’20 o del ’30. Y lo de clase media surge a partir del garaje en una época donde, el automóvil, era un artículo suntuario y que no estaba al alcance de todo el mundo.
Ah… su estilo es de líneas netamente afrancesadas.

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