miércoles, 18 de abril de 2018

LADRILLOS VIEJOS

Muchas de las casas viejas, que aún quedan en la ciudad, muestran la época de esplendor de las primeras décadas del siglo pasado. 
Algunas, incluso, tienen tanto valor que debieran ser consideradas patrimonio cultural. Sin embargo la mayoría de ellas hoy parecen cadáveres agonizando.
Y no son pocas las que desaparecieron de la faz de la tierra porque, la fiebre horizontal de los '60, trajo consigo una piqueta depredadora que arrasó con muchísimas construcciones antiguas.
Y vale la pena, entonces, recorrer barrios y villas descubriéndolas e imaginándonos sus épocas de esplendor. Porque, además, las casas viejas son como testigos de una historia que pasó. Por eso, en esta sección del blog, iremos mostrado las pocas que han quedado en pie…

MACROCENTRO: ITALIANIZANTE Y BIEN BURGUESA
Esta magnífica mansión, de la calle Tucumán 482, nos muestra algo distinto y distintivo en lo que a diseño arquitectónico se refiere. 
Porque luce interesante y espléndido su arco corona --en el ventanal de la planta alta-- donde insertaron, simultáneamente, dos pequeños arcos con sendas ventanas. 


La construcción tiene indubitables líneas italianizantes que se ponen de manifiesto en los arcos --tanto del ingreso como de su ventana de la planta baja-- y en las tres ventanas superiores. 
Pero, también, en su remate donde el diseñador incluyó una pequeña moldura finalizada con tejas. Su portón, para el acceso del auto, distingue e indica el nivel socioeconómico de sus primeros ocupantes. 
El año de construcción de la vivienda lo inscribimos en la década que va de 1925 a 1935.

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