miércoles, 14 de noviembre de 2018

DIOSAS INOXIDABLES

Trascendieron su tiempo. Amaron y fueron amadas. También deseadas y admiradas. Tuvieron vidas alucinantes, sus romances dieron que hablar y, algunas de ellas, murieron de manera trágica. 
Perduran, aún hoy en la memoria colectiva y esta sección es, si se quiere, una manera de recordarlas y homenajearlas. En la actualización de esta semana levantamos al telón para presentar a...  

KATHARINE HEPBURN...
Nació en la localidad norteamericana de Hartford el 12 de mayo de 1907 y fue una legendaria actriz que reinó en Hollywood por más de 60 años.


A lo largo de su trayectoria recibió cuatro premios de la Academia como mejor actriz.
En 1991 fue señalada por el American Film Institute como la mayor estrella femenina de la historia de Hollywood.

Su carrera la comenzó mientras estudiaba en el Bryn Mawr College. 
Y, sus primeros años en la industria del cine, estuvieron marcados por el éxito.  
En la década del '40 fue contratada por la Metro-Goldwyn-Mayer para ser la pareja del actor Spencer Tracy. J
untos trabajaron durante más de 25 años interviniendo en 9 películas.
Por entonces comenzó a ser galardonada por la Academia con una seguidilla de premios Óscar: "Sabes quién vino a cenar" (1967); "El león en el invierno" (1968); y "La laguna dorada" (1981).

Las revistas del corazón de la época señalaron que Katharine fue una de las primeras divas de Hollywood en utilizar pantalones. 
Su primer marido se llamó Ludlow O. Smith. 
No se volvió a casar pero mantuvo un romance de 26 años --oculto a todos-- con el legendario actor Spencer Tracy.
Katharina fue, si se quiere, una personificación de la "mujer moderna".
Era tan rebelde que mientras estaba en la universidad fue suspendida por fumar algo que, en las primera décadas del siglo pasado, le estaba vedado a "las mujeres de bien".
Como curiosidad, y a pesar de haber ganado tres Óscar, nunca asistió a la ceremonia de premiación. 
En 1951 filmó "La reina africana", su primera película en technicolor.
Para 1997 Katharina comenzó a mostrar signos de demencia senil.

Las revistas del corazón de la época la criticaron de "nunca haberse dedicado plenamente a su matrimonio, priorizando su carrera".
Por esos tiempos comenzó una relación con su representante, Leland Hayward, a pesar de que ambos estaban casados.
Tras separarse de Ludlow O. Smith decidió no volver a casarse y nunca quiso tener hijos.
Los rumores acerca de su lesbianismo y bisexualidad fueron corrientes para la prensa del corazón. 
En mayo del 2003 le diagnosticaron un tumor maligno en su garganta y, finalmente, falleció a los 96 años el 29 de junio del 2003 en su residencia de Fenwick, en Connecticut. 
Sus restos fueron inhumados en el Cedar Hill Cemetery, en Hartford, junto a los de su hermano Tom.
En ocasión de su muerte recibió cientos de muestras de cariño y homenajes tanto de la tele, de la industria cinematográfica como de los medios gráficos.
El presidente de entonces, George W. Bush, dijo que Katharina "será recordada como uno de los tesoros artísticos de la nación". Y, en honor a su trayectoria, las luces de Broadway se apagaron durante la noche del 1 de julio de ese año.

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