miércoles, 26 de diciembre de 2018

DIOSAS INOXIDABLES

Trascendieron su tiempo. Amaron y fueron amadas. También deseadas y admiradas. Tuvieron vidas alucinantes, sus romances dieron que hablar y, algunas de ellas, murieron de manera trágica. 
Perduran, aún hoy en la memoria colectiva y esta sección es, si se quiere, una manera de recordarlas y homenajearlas. En la actualización de esta semana levantamos al telón para presentar a...  

CELIA CRUZ
Su verdadero nombre es larguísimo: Úrsula Hilaria Celia Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso. 
Lo cierto es que nació en La Habana (Cuba) el 21 de octubre de 1925 y que fue una legendaria cantante que interpretaba --como pocas-- la música de su país.


Comenzó su actividad artística en la isla pero, luego, se mudó a Méjico en tiempos de la denominada "Época de oro" del cine mejicano.

También vivió en Colombia, Venezuela y hasta en los Estados Unidos.
De las cantantes mejor pagadas del siglo XX, rompió mitos convirtiéndose ella misma en un mito.
Es la creadora, además, de un estilo único y de una imagen icónica.
En todo el mundo se la considera como el símbolo auténtico de la cultura latina.
Y fue Celia la que hizo famosa la palabra "Azúcar" que adoptó y que quedó en la memoria colectiva como signo distintivo y que ella gritaba como incitando a la diversión. 

Su carrera es un legado invaluable y referencia ineludible para las futuras generaciones que descubrieron en ella a una impactante fuente de inspiración. 
Durante su vigencia le inventaron todos los motes posibles: "La reina de la salsa", "La guarachera del mundo", "La reina de la música cubana" o "La cumbanchera de América" por citar sólo algunos.
El éxito y la fama le llegó luego de incorporarse a la orquesta "La sonora matancera". En ella, Pedro Knight, era el segundo trompetista y terminó transformándose en su esposo.
Debutó en esta legendaria banda de fama mundial el 3 de agosto de 1950. En diciembre de ese mismo año ya grababa sus primeros discos en formato de 78 rpm. 
A principios del siglo XXI, y durante una presentación en el DF mejicano, sufrió un percance en su salud. Internada se le descubrió un tumor maligno en el cerebro. La operaron y pudo continuar con su carrera artística. 

El último disco que grabó fue titulado "Regalo del alma".
En el 2002, y a pesar que el tumor había vuelto a crecer, se presentó en los Grammy Latinos haciéndose acreedora a la codiciada estatuilla.
En marzo de 2003 --su último año de vida-- la cadena norteamericana Telemundo le hizo un homenaje.
De él participaron notables figuras como Gloria Estefan, Marc Anthony y Gloria Gaynor por citar sólo a alguna de las figuras que se dieron cita.
Lo cierto es que, en la tarde del 16 de julio de 2003, Celia falleció en su casa de Fort Lee (Nueva Jersey, EE UU). 
Tenía 77 años y, por su expreso deseo, sus restos fueron primero trasladados a Miami para recibir el homenaje de sus admiradores del exilio cubano. Finalmente se los depositó en el Cementerio Woodlawn, del Bronx (Nueva York, EE UU). Con ella se fue una leyenda.

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