miércoles, 22 de mayo de 2019

DIOSAS INOXIDABLES

Trascendieron su tiempo. Amaron y fueron amadas. También deseadas y admiradas. Tuvieron vidas alucinantes, sus romances dieron que hablar y, algunas de ellas, murieron de manera trágica. 
Perduran, aún hoy en la memoria colectiva y esta sección es, si se quiere, una manera de recordarlas y homenajearlas. En la actualización de esta semana levantamos al telón para presentar a...  

AMIRA YOMA
Su verdadero nombre de pila es Amalia Beatriz y nació el 18 de agosto de 1952 en Nonogasta (La Rioja). 
Se hizo conocida al llegar a la política de la mano de --su por entonces cuñado-- Carlos Saúl Ménem. Durante el gobierno del riojano se desempeñó como Directora de Audiencias.


Claro que, además de transitar por la Casa Rosada, también tuvo que visitar distintos tribunales por un sonado juicio que fue denominado “El Yomagate”.

"Amira", en sirio,  significa "princesa" y es la menor de ocho hermanos. Los más conocidos --claro-- son Emir, Zulema y Jorge Yoma.
No siempre vivió en el país porque, desde los 6 y hasta sus 20 años, estuvo radicada en Damasco, la capital de Siria. 
A fines de 1986 se casó con Ibrahim al Ibrahim pero se separaron 3 años más tarde. 
Su despacho, en la Rosada, era uno de los más importantes luego del despacho presidencial. 
Lo cierto es que, en 1991, tuvo que renunciar por el escándalo del lavado de los narcodólares que afectaría también a su ex marido, Ibrahim al Ibrahim, por entonces  encargado de la Aduana de Ezeiza.
Luego de algunos años de bajo perfil, Amira volvió al gobierno --en agosto de 1998-- al ser nombrada asesora de la Secretaría de Cascos Blancos ya que hablaba árabe a la perfección.

Volvió a ser noticia, el 1 de diciembre de 1994, cuando declaró ante la Cámara de Senadores responsabilizándose de haberle otorgado pasaporte nacional al traficante de armas Monzer Al Kassar.
En 1995 se casó con el periodista Jorge "Chacho" Marchetti y, ese mismo año, viajó a España para entrevistarse con el juez de la causa del “Yomagate”, Baltasar Garzón.
Es que, en la edición del 1 de marzo de ese año, la edición de la revista española, “Cambio 16”, había señalado que el juez se encontraba investigando a figuras del poder muy cercanas a Carlos Ménem. 
Entre los implicados figuraba ella, Ibrahim al Ibrahim y Mario Caserta (por entonces sub secretario de Servicios Públicos). 

Según un arrepentido, el trabajo de la pareja Yoma-Ibrahim era el de cargar valijas con dinero en New York y llevarlas a la Capital Federal como equipaje “diplomático” y luego trasladarlas al Uruguay.
En julio, siempre de 1995, fue detenida y enviada a prisión acusada de introducir al país “narcodólares”. Finalmente, un año más tarde, fue sobreseída por pedido del fiscal Carlos Stornelli. 
En 1999 se mudó a Marbella donde su marido, "Chacho" Marchetti, decidió abrir un local gastronómico. Un par de años más tarde lo cerraron retornando a la Capital Federal. 
El fin del “menemato” la sumió en el ostracismo y poco es lo que se sabe de ella por estos días. 

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