miércoles, 11 de septiembre de 2019

DIOSAS INOXIDABLES

Trascendieron su tiempo. Amaron y fueron amadas. También deseadas y admiradas. Tuvieron vidas alucinantes, sus romances dieron que hablar y, algunas de ellas, murieron de manera trágica. 
Perduran, aún hoy en la memoria colectiva y esta sección es, si se quiere, una manera de recordarlas y homenajearlas. En la actualización de esta semana levantamos al telón para presentar a...  

GINAMARIA HIDALGO
Nació en la Capital Federal el 23 de agosto de 1927 y fue una legendaria cantante cuyo registro de voz --de soprano lírica-- impactó en el público.


Ya desde joven demostró condiciones para la música, el canto, el ballet, el arte escénico y las letras. Con 17 años se recibió de maestra normal nacional.
Becada, viajó a Nueva York para ingresar en la "Julliard School of Music"


Y fue allí donde la escuchó cantar el maestro Andrés Segovia, que se transformó en su mentor y quien la ayudó para ingresar en la Academia de Canto de Santiago de Compostela (España).
La pureza de su timbre, su impecable dicción en cualquier idioma, la afinación y el amplio registro fueron constante motivo de reconocimiento.
Antes de regresar a Buenos Aires, Ginamaría audicionó para La Ópera de Los Ángeles.
Allí conoció al famoso director, Víctor Seville, y la prensa rosa de la época los relacionó sentimentalmente. 
Ya de retorno al país debutó en el rol de Violeta --en "La Traviata"-- dirigida por el famoso director Tito Capobianco.
Por ese tiempo recaló en la tele en distintos programas hasta que logró el propio: "Las Noches de Ginamaría” y que, durante 2 años, se mantuvo en cartelera.
Ya para entonces, su labor, había comenzado a ser reconocida por la crítica y así fue como se hizo acreedora al premio “Cruz de Plata” (del semanario "Squiú"); dos premios ”Martín Fierro” (otorgados por la Asociación de Periodistas de Radio y TV Argentina APTRA; y el ”Bamba de Oro”
También recibió los premios “Racimo de uvas”, “Monumento a la bandera”, y el ”Gardel de Oro”.


Por aquellos años, sus discos, alcanzaron ventas millonarias lo que le valió ser reconocida como "Lo mejor en la música y el disco".
La década del '80 la encontró viajando por el mundo para presentarse en Perú, Venezuela, Colombia, México, Uruguay, Paraguay, Panamá, Berlín, Roma, Portugal y hasta en el Japón. 
En el pináculo de su fama fue convocada para cantar, en Washington, ante su Santidad el Papa Juan Pablo II.
Su primer libro autobiográfico --“Argentíno, yo también soy Argentína”-- fue editado durante la dictadura militar y prohibido.
Su vida sentimental fue zigzagueante. En 1954 se casó, en los Estados Unidos, con Emmet Walter Wendt, un piloto de pruebas de la fuerza aérea de ese país, con quien tuvo a su único hijo: Jean Paul que, con los años, le dio 2 nietos.
Luego vino un tormentoso romance con un industrial italiano, otro con el compositor Acho Manzi y un casamiento (en 1969 y en Nueva York) con el bioquímico argentino Juan José Olart, de quien se separó al poco tiempo. 
Y también terminó en divorcio su casamiento con el norteamericano Bruce William Joseph Graham.
Por entonces sobrevinieron sus problemas de salud y falleció el 10 de febrero 2004.

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